LA ALEGRÍA PERONISTA

lunes, 14 de octubre de 2013

Juan Domingo Perón

Fue clave en la historia política argentina durante casi todo el siglo XX, por haber proyectado una sociedad inclusiva, igualitaria y democrática, con una significativa ampliación de derechos hacia los trabajadores. Por Portal del Sur
Juan Domingo Perón.
Juan Domingo Perón.
 
 

08/10/2013

Juan Domingo Perón sentó los pilares para la construcción de la soberanía nacional edificada sobre la base de la independencia económica, con un Estado presente en las áreas económica y social. Con la creación del Partido Justicialista en 1947, redefinió el mapa político argentino y el peronismo como movimiento político quedó como un legado que permanece aún en la actualidad. Perón se formó en el Ejército y su ingreso a la vida política fue en 1943, cuando el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) –del cual formaba parte– dio fin al orden político denominado la década infame (1930-1943), caracterizado por el fraude electoral y clientelismo político, mediante un golpe de Estado. Como parte del nuevo gobierno, Perón se desempeñó como vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión inició un proceso de ampliación de derechos sociales que le permitió afianzar su relación con el movimiento obrero. La ampliación de derechos, el estímulo a la filiación sindical y las negociaciones colectivas fueron medidas resistidas por los sectores empresarios y las fuerzas más conservadoras que conformaban el gobierno. Perón tuvo una posición contraria al alineamiento con Estados Unidos en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Por el impuso a esas medidas democratizadoras, los militares le exigieron la renuncia a todos los cargos y lo enviaron a la prisión en la isla Martín García (ubicada en el Río de la Plata).
Como respuesta, el 17 de octubre de 1945 el movimiento obrero se reunió en una manifestación masiva en la Plaza de Mayo de Buenos Aires en reclamo de su libertad. Fue un día histórico: un punto de inflexión en la historia del país, pero también marcó un hito en la memoria popular. Nacía el movimiento peronista y la sociedad comenzaba un significativo proceso de cambio y democratización social. Ante la contundencia del apoyo popular, los militares se retiraron del gobierno y llamaron a elecciones en 1946, en las cuales Perón se impuso frente a la Unión Democrática, una alianza entre sectores de la derecha conservadora y algunas fuerzas de centro e izquierda, que tenía el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Perón ejerció su primer mandato presidencial durante 1946-1952 y fue ratificado nuevamente en elecciones para el período 1952-1955. Mucho después, tras 18 años de proscripción, Perón fue electo nuevamente por el voto popular en 1973, en una elección en la que obtuvo el 62 por ciento de los votos.
En materia económica el gobierno peronista fomentó la industrialización por sustitución de importaciones, impulsando una mayor presencia estatal en la economía, expansión del gasto público, distribución del ingreso en forma equitativa y una fenomenal política de nacionalizaciones en las áreas de servicios públicos y fuentes de energía: ferrocarriles, teléfonos, usinas eléctricas, empresas de gas, puertos, entre otros. De este modo, el Estado se convertía en propietario de los medios de producción en áreas centrales de la economía nacional. Otra herramienta clave en esta área fue la creación del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI), que funcionó bajo la órbita del nacionalizado Banco Central. Con el IAPI, el Estado podía regular el intercambio comercial, especialmente el comercio de granos, en función de los intereses nacionales.
En materia social, hubo una ampliación de derechos que alcanzó al trabajador urbano, garantizando el aguinaldo, las jubilaciones, las vacaciones pagas, entre otros, así como también al trabajador del campo, mediante la aplicación del estatuto del peón rural. Fue clave en este proceso el rol desempeñado por María Eva Duarte de Perón, su esposa y una activa figura política en defensa de los derechos de los trabajadores, pero sobre todo, una pieza clave en la conquista del derecho al voto femenino en 1947. En 1949, durante el gobierno de Perón, se elaboró una nueva Constitución, mediante la cual todas estas medidas adquirieron rango constitucional y fue uno de los legados más significativos de este proceso. La Constitución peronista combinó elementos del liberalismo político con una fuerte presencia del Estado en la economía, otorgamiento de derechos sociales, justicia social, y una significativa protección de la soberanía nacional ante la injerencia de los capitales extranjeros.
Durante los años del peronismo hubo un proceso de democratización y masificación de la enseñanza en todos los niveles. En la educación superior se proclamaron dos medidas pocas veces recordadas en la historia política argentina, cuyo impacto en la actualidad es innegable: la gratuidad de la enseñanza y la supresión de los exámenes de ingreso. Se crearon nuevas facultades en las universidades nacionales y se fundó la Universidad Obrera Nacional, un espacio de formación técnica para los trabajadores. Para alentar la investigación científica se creó la Junta de Investigaciones Científicas y Experimentaciones, que dependía del Ministerio de Defensa Nacional. Se creó la Dirección Nacional de Investigaciones Técnicas y el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas, que fue creado por decreto 9.695 del 17 de mayo de 1951 (derogado por la dictadura en 1955 y reabierto en 1958). En este marco se fundó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), a partir de la cual se dio impulso a la investigación en el área de la energía atómica y la física nuclear.
La integración regional, estuvo presente en el pensamiento y en la acción política de Perón. En su célebre conferencia del 11 de noviembre de 1953 en la Escuela de Guerra señaló: “La República Argentina sola no tiene unidad económica, Brasil solo no tiene tampoco unidad económica, Chile solo tampoco tiene unidad económica, pero estos tres países unidos conforman quizá en el momento actual la unidad económica más extraordinaria del mundo entero, sobre todo para el futuro, porque toda esa inmensa disponibilidad constituye su reserva. Estos son países reserva del mundo”. El proyecto ABC (Argentina, Brasil y Chile) se proponía integrar el cono sur americano –a través de esos tres países– vinculando el centro, y los océanos Atlántico y Pacífico, con el fin de crear un bloque con mayor cuota de autonomía para tomar decisiones, que le permitiera negociar su participación en el hemisferio en mejores condiciones.
Tras el golpe miliar de 1955, perpetrado por la autodenominada Revolución Libertadora, los militares y las derechas pretendieron dar fin al proyecto que encarnaba el peronismo. Y el ejemplo más palmario fue la derogación de la Constitución de 1949, la proscripción de Perón y la persecución del conjunto del movimiento político afín a sus ideas. Aun desde el exilio, Perón continuó siendo una figura gravitante en el mapa político. Cuando se produjo su regreso en 1973, el panorama social y político era muy complejo. Durante esos 18 años de proscripción había transcurrido la Revolución Cubana, las dictaduras militares en Argentina y en la región ya era evidente el avance de las derechas. El tercer mandato de Perón duró muy poco. El 1 de julio de 1974 se produjo su muerte y ese día se convirtió en un duelo nacional: se iba un hombre que había transformado al país en toda su extensión, en materia económica, social, política y cultural. Con todo, su legado se encuentra siempre vigente en la historia argentina.

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