LA ALEGRÍA PERONISTA

viernes, 11 de octubre de 2013

El acceso al agua de los agricultores familiares.

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Mundo Agrario, vol. 12, nº 24, primer semestre de 2012. ISSN 1515-5994
http://www.mundoagrario.unlp.edu.ar/
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Historia Argentina y Americana
Esta obra está bajo licencia
Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina
Dossier
El acceso al agua de los agricultores familiares de la región pampeana: un análisis multidimensional
Farming Families’ Access to Water in the Pampa Region: a multidimensional
analysis
Alejandra Moreyra
Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar- Región
Pampeana
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Argentina
amoreyra@correo.inta.gov.ar
Marino Puricelli
Estación Experimental Agropecuaria Balcarce
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Argentina
puricelli.marino@balcarce.inta.gov.ar
Amílcar Mercader
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Argentina
amilcarmercader@gmail.com
María Inés Rey
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
reymariaines@gmail.com
Joaquín Córdoba
Participante del Proyecto AERN 291682 “Manejo Integral del Agua para la Agricultura Familiar y
Productores de Secano" del INTA, Argentina
joaquin.cordoba@gmail.com
Nicanor Marsans
Participante del Proyecto AERN 291682 "Manejo Integral del Agua para la Agricultura Familiar y
Productores de Secano" del INTA, Argentina
nicanormarsans@gmail.com

Mundo Agrario, vol. 12, nº 24, primer semestre de 2012. ISSN 1515-5994

Resumen
Este artículo presenta, en su primera parte, el enfoque conceptual y metodológico de un proyecto de
investigación-acción participativa abordado de forma interdisciplinaria. La investigación refiere a las
diferentes dimensiones que condicionan el acceso al agua de los agricultores familiares en distintos
sitios de la región pampeana. La problemática se define en la dinámica con los actores involucrados,
considerando que el agua mediatiza las relaciones sociales -de apropiación para el riego y la
producción agrícola y de otros sectores, el consumo y la eliminación de residuos- entre diferentes
actores. En las últimas secciones se presentan algunas de las observaciones y reflexiones del equipo
de investigación en base a los primeros avances del trabajo de campo.
Palabras clave: acceso al agua - agricultura familiar – interdisciplinariedad - infraestructura hídrica -
derecho al agua
Abstract
This paper presents the conceptual and methodological perspective of participatory action research
with an interdisciplinary approach. Specifically, this research examines different dimensions that
condition the access to water for farming families in the Pampa region. Together with famers and
extension workers, we defined the problems, considering that water as mediator of social relations
among different actors involved – resource appropriation for irrigation and agricultural production and
other sectors’ productions, family consumption and sewage-. In the last sections of the document, the
research team presents observations, analysis and reflections on the progress of field work we have
done so far.
Key word: access to water – farming families – interdisciplinary – water infrastructure - water rights



1. Introducción
Este artículo presenta los avances de un proyecto de investigación-acción participativa
abordado de forma interdisciplinaria.[1] En espacios sociales complejos como los
seleccionados, caracterizados por relaciones sociales asimétricas, observamos que el
acceso y el control del agua por parte de los agricultores familiares son procesos
constituidos por múltiples dimensiones. Por lo tanto, para abordarlos, consideramos
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necesario avanzar en el desarrollo de un enfoque teórico-metodológico que permita ampliar
las posibilidades diagnósticas y de comprensión de las realidades que nos ocupan.
En este análisis nos centramos en las dimensiones sociales, biofísicas, tecnológicas, sociopolíticas,
legales y de derecho ciudadano que condicionan las situaciones de acceso al agua
por parte de los agricultores familiares de la región pampeana. Es en esta trama que se
pone en juego el ejercicio del control sobre el recurso hídrico, el cual se dirime en el campo
político entre distintos sectores sociales, con diferentes intereses, posibilidades, proyectos y
derechos.
El recorte que hicimos para este estudio es el de los problemas de acceso al agua que
emergen de las dinámicas sociales que se dan en las zonas periurbanas y de transición
rural-periurbana. La selección de los sitios particulares fue definida a partir de demandas
presentadas por extensionistas que están trabajando junto con grupos de productores
familiares o de los propios productores. Para este trabajo en particular, nos basamos en los
estudios que realizamos con los agricultores asentados en la zona alta de la cuenca del
Arroyo Pereyra en la provincia de Buenos Aires, los agricultores del paraje Paloma Pozo, al
noroeste de Cruz del Eje, provincia de Córdoba, agricultores de los distritos Yesos y Yacaré
del departamento La Paz, al noroeste de la provincia de Entre Ríos y de las zonas
periurbanas y rurales mixtas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA),
específicamente ganaderos familiares de General Rodríguez y Luján (Asociación
Productores Familiares de la Cuenca del Río Luján), provincia Buenos Aires.
El enfoque presentado aquí requiere la construcción de un equipo interdisciplinario, que en
este caso, es posible a través de articulaciones intra e inter institucionales. A su vez, en los
sitios mencionados se construyeron intercambios articulados con otros profesionales y
técnicos locales, que compartieron con nosotros sus espacios de interacción con los grupos
de productores. Los espacios de intercambio entre las diferentes disciplinas que aportan los
profesionales constituyen un campo de inflexión donde también se fueron perfilando modos
de interacción con los actores en terreno para el desarrollo de la investigación.
En los campos de interacción se construyeron, a través del intercambio de conocimientos,
las definiciones de problemas y de posibles soluciones. En todos los casos, -salvo el de la
Cuenca del Arroyo Pereyra en el cual el vínculo lo establecimos con la Escuela
Agropecuaria N° 1 de Berazategui- nos relacionamos con extensionistas del INTA y/o la
Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación que trabajan en el día a día con estos
grupos de agricultores. Consideramos que este proceso es necesario para el desarrollo de
la Investigación-Acción Participativa.
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Nos proponemos exponer a lo largo de este trabajo algunos de los avances de la
investigación desde un enfoque metodológico que analiza varias de las dimensiones
mencionadas constituyentes de la problemática, así como nuestras primeras reflexiones
sobre la práctica de la interdisciplina para el desarrollo de la misma. La investigación
entonces se articula por la concepción teórica definida en la dinámica del campo de
inflexión, con la cual abordamos el acceso al agua por parte de los “agricultores familiares” y
la delimitación del tema a investigar. La misma se desarrolla con una metodología cualicuantitativa.

2. Marco conceptual
Se buscó crear un campo de interacción entre los involucrados: agricultores, actores
institucionales y profesionales locales y el equipo de investigación. Para ello, en los distintos
casos, se recurrió como estrategia metodológica, a desarrollar actividades de modo
participativo y articulando diferentes técnicas de campo, específicas de cada disciplina:
observación participante, entrevistas abiertas individuales, charlas informales, discusiones
grupales, talleres, censos de perforaciones y pozos, diagnósticos hidrogeológicos,
encuestas, esquemas gráficos levantados a campo, análisis de calidad de aguas, etc. En el
trabajo en gabinete se busca hacer una síntesis interdisciplinaria a partir de los resultados
de los distintos trabajos de campo. Esta síntesis se compartió y ajustó junto con los
agricultores.

2.1. El campo de inflexión
El campo de inflexión (Vázquez, 1994) constituye la modalidad de inserción de los miembros
del equipo de trabajo. En nuestro caso, corresponde a un equipo de investigadores
pertenecientes a distintas instituciones que aportamos desde diferentes disciplinas de las
ciencias ambientales y sociales. Los principios mediadores que contribuyen a la
construcción del campo de inflexión desde el cual se va desplegando la investigación se
resumen como sigue:
1. Conformación de un campo de interacción, donde además de interactuar con otros
profesionales y disciplinas de mayor especificidad respecto del problema del sitio
abordado, se desarrollan diferentes actividades para la interacción con los otros
actores involucrados (agricultores, docentes, extensionistas, otros).
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2. Construcción de categorías clasificatorias y conceptos tales como periurbano,
interfaz, participación, escasez, calidad, cantidad, demanda, acceso, disponibilidad,
derecho.

2.2. Calidad, cantidad, demanda e infraestructura
Desde el punto de vista técnico, y tomando al agua como un recurso fundamental para la
supervivencia y el desarrollo de proyectos de los agricultores familiares, la temática a
investigar implica cuatro aspectos básicos: cantidad y calidad disponible (ya sea en forma
superficial o subterránea), tipo y dimensiones de la demanda y la infraestructura disponible
para su aprovechamiento (Custodio y Llamas, 1983). El término calidad hace mención a la
composición química y el contenido de materiales sólidos disueltos en el agua. En este
sentido, su clasificación y nivel de aptitud es fundamentalmente función del uso que se le va
a dar.
La cantidad disponible depende, en principio, de las condiciones del medio físico donde se
localice el recurso (profundidad, espesor y características litológicas del acuífero, o las
dimensiones y características hidráulicas de cursos y cuerpos de agua). A su vez, el recurso
depende de la vigencia y dimensión de los procesos naturales hidrológicos que garantizan
su renovación cíclica, vinculándose así las condiciones atmosféricas del entorno (lluvia,
evaporación, evapotranspiración, etc.). La calidad y cantidad disponible del recurso la
interpretamos como emergente de las interacciones entre diferentes actores sociales
mediadas por el medio físico (curso de agua, acuífero, etc.), dando lugar a fuentes de
contaminación puntuales o regionales y a la reducción o exceso en los niveles acuíferos,
caudales de escurrimiento o niveles de cuerpos de agua superficiales.
En cuanto a la demanda, se considera como la cantidad y calidad del agua necesaria para
satisfacer de forma constante y oportuna las necesidades vitales y productivas de las
familias. Se plantea la necesidad de que el recurso cuente con la calidad necesaria para el
consumo humano, la cual no necesariamente debe ser del mismo tenor que para las
actividades productivas (agricultura, ganadería y otras), ni para las actividades de higiene y
mantenimiento del entorno de las viviendas. En cuanto a la cantidad, implica contar con los
volúmenes de agua necesarios para realizar las actividades familiares sin interrupciones ni
restricciones a lo largo del año.
Finalmente, la infraestructura disponible hace referencia a los medios con los que se cuenta
para captar, conducir, almacenar y distribuir adecuada y eficazmente el recurso, de forma tal
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de garantizar técnicamente el acceso al agua demandada por los agricultores familiares.
Surgen así diferentes campos de trabajo: desde las técnicas y medios para la captación del
agua (perforaciones, excavaciones, bombas, captaciones de agua superficial, drenes, etc.),
hasta las formas de reserva (tanques, represas, tajamares, etc.), pasando por la conducción
(acequias, canales, tuberías). La dimensión y complejidad de la infraestructura depende
tanto de la demanda como de la disponibilidad del recurso y de los medios con que las
familias cuentan para acceder a los materiales y herramientas necesarias para construir y
mantener a la misma (ejemplos en Cáceres, 2007).
A partir de lo planteado anteriormente, queda claro el trazado de fuertes vínculos entre la
demanda, la calidad y cantidad disponible, el medio al que se somete la presión propia de la
apropiación por diferentes actores, la infraestructura para el aprovechamiento del recurso y
la dimensión socioeconómica y cultural del grupo con el que estamos trabajando (Puricelli,
et al, 2010).



2.3. Marco legal
Si se pretende abordar integralmente la problemática del acceso al agua, se torna
importante destacar que después de un largo proceso de debates, los organismos
internacionales, en el año 2009 decidieron legitimar el agua como derecho humano. Lo cual
muestra los diferentes intereses en juego alrededor de un bien fundamental para garantizar
la vida humana y de los ecosistemas. Éste es uno de los principales derechos sociales que
tiene como objetivo salvaguardar el de la vida. Los derechos sociales -de segunda
generación- son aquellos que para su realización efectiva exigen la intervención de los
poderes públicos, a través de prestaciones y servicios.
Britos (2007: 3-4) cita a Abramovich y Courtis (2002), para explicar que tener un derecho se
trata de “una pretensión justificada jurídicamente” (…) Esto significa que una norma jurídica
asigna a un sujeto una expectativa negativa (de omisión) o positiva (de acción), y crea sobre
otros sujetos los correspondientes deberes u obligaciones.
Lo que caracteriza a un derecho es la posibilidad de dirigir un reclamo – demanda, denuncia
o queja– ante una autoridad independiente del obligado, para que dicha autoridad haga
cumplir la obligación o imponga reparaciones o sanciones por su incumplimiento. A esto se
denomina exigibilidad judicial. El reconocimiento de derechos impone la creación de
acciones judiciales que permiten al titular el reclamo ante la autoridad de aplicación de las
normas correspondientes.
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Se puede recurrir a dos tipos de mecanismos de garantía de los derechos: institucionales (la
puesta en marcha queda a cargo de órdenes y poderes públicos) o extra institucionales
(participan actores no estatales como los mismos afectados o movimientos sociales).
Respecto de los primeros, se puede recurrir, por ejemplo, a la justicia. Britos (2007) señala
una dificultad recurrente en este mecanismo, principalmente para sectores vulnerables de la
sociedad: la inaccesibilidad de los sistemas de tutela judicial (ya que faltan asesorías
gratuitas o se desconoce su existencia). Además se pueden realizar procedimientos
administrativos ante el Poder Ejecutivo. Pero para estos se requiere asistencia jurídica, lo
cual resulta un obstáculo por la dificultad de contar con este patrocinio. Entre los órganos
dependientes del ejecutivo responsables de garantizar estos derechos, en el caso particular
del agua, se encuentran las autoridades de aplicación de las normativas vigentes en cada
provincia, que llevan diferentes nombres, como por ejemplo la Autoridad del Agua (ADA), en
la provincia de Buenos Aires, o la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (DIPAS), en
la provincia de Córdoba.
Otra acción que se puede realizar, es intervenir en el ámbito del Poder Legislativo exigiendo
la sanción de leyes y normativas que avancen en la garantía del cumplimiento de los
derechos sociales. Así también, existe la defensoría del pueblo, cuya misión es, justamente,
la defensa y protección de los derechos humanos.
Cabe señalar que, en cualquier caso, las estrategias de exigibilidad de los derechos sociales
como el del agua, implican como condición previa la propia tutela del cumplimiento de los
mismos por parte de sus titulares, o sea, es necesario reconocerse poseedor de un derecho
para exigirlo ante las autoridades y ejercerlo. En ese sentido, Britos agrega dos aspectos
que forman parte de la posibilidad de desarrollar estrategias de exigibilidad: la educación en
derechos humanos en el ámbito formal o no formal en pos de promover la propia tutela del
cumplimiento de los mismos y el acceso a la información pública relacionada con su
ejercicio, por ejemplo, sobre las políticas públicas planificadas o ejecutadas para su
garantía.
En el caso de los agricultores familiares hemos observado que el acceso a la información se
facilita cuando éstos participan de organizaciones de su sector, que a su vez forman parte
de redes socio-políticas más amplias, donde la información circula. Estas redes, de acuerdo
a su grado de consolidación, hacen a la vez de espacios sociales de formación, como por
ejemplo el Foro Nacional de Agricultura Familiar, donde se plantea abordar al agua como un
bien social.
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En cuanto al marco legal referente al derecho del acceso al agua, la República Argentina ha
adherido específica e inequívocamente, sin ambigüedades, a lo dispuesto por las Naciones
Unidas, respecto del reconocimiento del agua como un derecho humano. El artículo 124 de
la Constitución Nacional establece que “corresponde a las provincias el dominio originario de
los recursos naturales existentes en su territorio”. El Código Civil Argentino, sancionado en
el año 1869, determina que el agua es un bien público y además le alcanzan los
considerandos del Art. 2.337, que establece que las cosas inenajenables están fuera del
comercio.
También existen otras disposiciones legales a nivel nacional, como la ley 18.284 Código
Alimentario Argentino, que en su Cap. XII Arts. 982 y subsiguientes, fija determinaciones en
relación al agua, al agua potable y sus usos.[2]
Asimismo, contamos a nivel nacional con una ley de Presupuestos Mínimos, la Ley 25.688,
de Gestión de Aguas que, basándose en el Art. 41 de nuestra Constitución Nacional,
establece las pautas mínimas que el estado debe garantizar a sus habitantes, en relación
con este vital elemento.
En consonancia con este marco legal de avanzada, la provincia de Buenos Aires, por
ejemplo, en el año 1999, ha dado sanción a la Ley 12.257, el Código de Aguas, que a través
del Decreto 3.511/07, establece el régimen de protección, conservación y manejo del
recurso hídrico de la provincia. Esta norma, introduce una serie de modernos conceptos,
entre los cuales se pueden destacar los siguientes:
-Legisla considerando el recurso en su unicidad.
-Trata de las aguas superficiales y subterráneas.
-Regula las aguas públicas y las privadas.
-Tiene en cuenta el concepto de cuenca y que el recurso es compartido con otras
jurisdicciones.
-Dispone también sobre las aguas del Río de la Plata.
Mientras tanto, la Ley provincial 5.965 (1958) brinda protección a las fuentes de provisión y a
los cursos y cuerpos receptores de agua y a la atmósfera. Tomando conceptos como los
propuestos por Benda-Beckmann (1992), deberíamos considerar que el ámbito agrícola en
general y su actividad específica, son campos ricos -y por lo tanto complejos- en cuanto a la
regulación legal y las prácticas sociales.
Las reglas, principios y procedimientos involucran a campesinos, agricultores, comerciantes
y grupos de interés agrario tanto como a políticos, legisladores, agentes administrativos y
jueces. Todos estos actores representan las estructuras generales para el legítimo control y
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el acceso a los medios de existencia y producción y establecen los diferentes intereses
económicos y sociales en relación con los recursos naturales, tecnológicos y humanos, en lo
que se refiere al agua en particular. Lo mismo ocurre con otros recursos como la tierra, los
cultivos, los animales y la infraestructura. Instauran, asimismo, formas también legítimas
para la transferencia de tales recursos, sea por asignación, intercambio, venta o herencia.
Además, son estas mismas reglas las que establecen oficinas, organizaciones e
instituciones, a través de las cuales el poder legítimo puede ser implementado por medio del
ejercicio de la autoridad y la toma de decisiones. Y es justamente la ley, como mencionamos
anteriormente, la que provee los medios y establece los mecanismos a través de los cuales
tales reclamos (demandas) y obligaciones pueden ser efectuados.

2.4. El campo social rural periurbano
Las realidades rurales y periurbanas son complejas y perderíamos procesos sociales si
pretendemos aprehenderlas como única realidad homogénea. Hay una diversidad de
actores sociales ligados al agro y ampliamente al mundo rural y también hay una distinción
del hecho rural en el conjunto del periurbano. Usamos el concepto de campo social rural
periurbano manteniendo con la noción de campo social la delimitación metodológica de un
conjunto de relaciones sociales con cierta especificidad.
En nuestro trabajo, la especificidad la otorga el patrón de las relaciones sociales
mediatizadas por el agua, la existencia y distribución de recursos que permiten ciertas
posibilidades organizativas. Cualquier orden emerge de un campo social resultado de
negociaciones y acomodamientos entre diferentes grupos sociales. El concepto de interfaz
social, nos permite explorar las maneras en que las discrepancias de interés social,
interpretación cultural, conocimiento y poder son mediadas y perpetuadas o transformadas
en puntos críticos de interacción (Long, 2007).
A través de este enfoque pretendemos enfatizar cómo las prácticas socioculturales son
organizadas y llevadas a cabo en las actuaciones cotidianas. Para entender cómo el
conocimiento incide en el ordenamiento y reordenamiento de los procesos de acceso y uso
del agua en la vida cotidiana de los diferentes actores, nos aproximamos a los procesos de
generación y/o transformación del conocimiento. Pensamos en una multiplicidad de redes de
conocimiento, a través de los cuales ciertos tipos de información se comunican, legitiman,
siendo frecuente la falta de comunicación. Estas diferencias constituyen condiciones
sociales para el cambio y para la continuidad (Long, 2007; Isla y Colmegna, 2005).
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Intentamos un análisis de los procesos de conocimiento involucrados en el acceso y uso del
agua por parte de los agricultores familiares, entendiendo que constituyen una preocupación
central en los campos del desarrollo y del cambio social, y contribuyen a políticas públicas
de intervención. La perspectiva centrada en el actor sobre el conocimiento y los encuentros
de conocimiento entre productores, extensionistas, investigadores, funcionarios de
instituciones vinculadas al sector hídrico y profesionales de las ciencias hídricas posibilita
superar las representaciones dicotómicas de conocimiento (conocimiento “externo”/
conocimiento “local”; conocimiento moderno / conocimiento tradicional).
Para este análisis y para entender la participación es fundamental comprender el concepto
de agencia, central en la noción de actor social, dado que atribuye al actor social la
capacidad de procesar la experiencia social y diseñar maneras de enfrentar sus situaciones
problemáticas. La agencia efectiva se manifiesta en la generación y movilización de redes
de relaciones sociales en las que se da la circulación de información, demandas,
tecnologías, bienes, etc., a través de las interacciones. Los actores le atribuyen diferentes
significados sociales específicos a las acciones e ideas en juego. El conocimiento es una
construcción social, por lo tanto, lo vemos en términos relacionales (Long, 2007).

3. Metodología
3.1 Planificación de actividades de campo
La planificación de las actividades de relevamiento de información técnica a campo se
realiza de forma tal de cubrir los cuatro aspectos que constituyen la definición del acceso a
agua en cantidad, calidad, tiempo y lugar, que se detallaran más adelante. En primer lugar,
se recopila información antecedente respecto a la localización, cantidad y calidad del
recurso hídrico disponible a escala regional en las áreas de trabajo. A partir de la misma se
ajusta la estrategia de campo orientando el relevamiento a una determinada fuente del
recurso, según el caso superficial o subterráneo, siendo este último el objetivo seleccionado,
por ser la fuente a la que recurren la gran mayoría de los productores de la región, y
particularmente en todos los sitios de trabajo. A tal fin se desarrolló una red de muestreo
mínima y de carácter exploratorio en todas las zonas estudiadas excepto en Paloma Pozo,
dado que en este último caso existe una ostensible falta de infraestructura hídrica. Su diseño
se basó en el conocimiento previo adquirido y en el apoyo de los técnicos y agentes locales
(INTA, Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, etc.). Los puntos de agua (pozos
y perforaciones) seleccionados para la red de muestreo fueron relevados registrándose su
localización geográfica, altitud, grado de explotación (caudales de explotación usuales,
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frecuencia y duración de bombeo), profundidad de la obra, características constructivas
(existencia de protección sanitaria, encamisado parcial o total, tipo de equipamiento para la
extracción -bomba manual, eléctrica, motores de combustión, etc.). En estos puntos se
tomaron muestras representativas de los casos analizados, con el fin de contar con
información analítica respecto a su calidad para consumo humano y producciones. En la
misma tarea de relevamiento se obtuvo información de la infraestructura y condiciones para
la conducción y almacenamiento del agua, así como del/los uso/s y manejo de la misma, en
relación con la demanda actual por parte de las familias.
En el caso de Paloma Pozo, los productores necesitan agua para riego de sus producciones
ya que el agua de consumo la obtienen de otra perforación comunitaria realizada en la
escuela del paraje, cuyo caudal no alcanza para ambos propósitos. Ante la reducida
cantidad de información técnica disponible, se procedió a realizar dos campañas geofísicas,
destinadas a evaluar la situación del recurso subterráneo a partir de la realización de
Sondeos Eléctricos Verticales (SEV).
A su vez, en talleres con los agricultores involucrados en el proceso, trabajamos
construyendo mapas a partir de sus conocimientos sobre cómo se esta aprovechando el
agua y por quiénes, en la zona de influencia. Así, se fue reflexionando sobre los diferentes
usos y las diferencias y desigualdades respecto a la posibilidad de captación de agua a
escala territorial. Esto permite ir explicitando cómo se ha naturalizado en el discurso de
todos el concepto de escasez como algo dado y que en la realidad se ve su connotación
relacional. Esta forma de trabajo creemos aporta también a los procesos organizativos y de
acceso a más información.

3.2. Procesamiento y análisis de la información
La información proveniente de encuestas y talleres fue condensada en tablas, con el fin de
facilitar la comparación de respuestas y resultados en las diferentes localidades en las que
se trabajó y analizar las tendencias en la información. Las muestras de agua fueron
procesadas en el Laboratorio de Ingeniería Sanitaria, dependiente de la Universidad
Nacional de La Plata. En éste se realizaron los análisis fisicoquímicos y bacteriológicos
usuales, según las normativas nacionales vigentes (Código Alimentario Argentino, Ministerio
de Salud de la Nación).
Dadas las características del muestreo y la información recolectada en el censo de pozos, el
análisis de los resultados se realiza de forma cualitativa con el objetivo de caracterizar la
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situación actual del recurso en cuanto: a) a cantidad y calidad del mismo, b) el grado de
afectación del recurso por los múltiples usos del agua y suelos, c) la variabilidad natural del
medio, d) la demanda actual y futura proyectada, y e) las condiciones de infraestructura de
acceso al recurso, sus deficiencias y ventajas.
Para incorporar al análisis a las dimensiones social, político-histórica y de derechos, la
información primaria se obtiene a través de una metodología cualitativa, teniendo como
estrategia principal la observación participante en los encuentros que se dan para el
desarrollo de la toma de datos cuantitativos de los aspectos técnicos; los encuentros en
talleres y reuniones organizados para diferentes actividades y también complementando con
entrevistas abiertas y encuestas, ya durante visitas específicas.



4. Discusión
4.1. El enfoque
Lo que hemos aprendido en el tiempo transcurrido sobre la aplicación de un enfoque de esta
naturaleza, en el plano de la construcción de equipo interdisciplinario para el abordaje, es
que este tipo de grupos son dinámicos ya que los problemas que se van presentando son
variados. Esto también se relaciona con la dinámica institucional, que funciona a demanda
desde el sector. Entonces, la construcción misma del enfoque, el campo de inflexión, lleva
tiempo en reuniones e intercambios entre los integrantes del grupo de investigación, mucha
conceptualización desde diferentes disciplinas (en nuestro caso, la hidrogeología, la
antropología, la ecología, la biología, el derecho y la ingeniería rural), hasta construir uno
propio que aborde diferentes dimensiones. En el camino entran y salen profesionales, hasta
que se logra cierta maduración y se asienta lo que llamamos el equipo núcleo. [3] Por otro
lado, observamos que las dinámicas sociales de los agricultores familiares en torno al agua
en la región pampeana, permanecen en la invisibilidad por parte de los agentes encargados
de administrar el recurso y de los organismos con capacidad para la toma de decisiones. El
imaginario de una región con abundante agua y en eterna y libre disponibilidad, ayuda. Los
problemas de los agricultores han sido naturalizados por los técnicos primero y luego por los
agricultores mismos, quienes han expresado que nunca se les había ocurrido pensar sobre
el agua. Pero el trabajo de campo y el proceso de investigación en sí mismos han provocado
ciertas rupturas en la cotidianeidad de las relaciones referidas al agua y podemos decir que
han contribuido en parte a su visibilidad. En algunos casos, dio origen a la organización de
productores, como en Paloma Pozo, Córdoba. Aquí, a diferencia de los demás casos, se
trata de una zona ecológicamente marcada por la dinámica del agua, donde la actividad
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humana es directamente dependiente de la precipitación (generalmente inferior a los 400
mm/año y con un período seco que se extiende de abril a octubre) y con agricultores como
con quienes trabajamos, que carecían del acceso a la infraestructura de captación de agua
subterránea, necesaria para mantener el ciclo productivo mínimo de subsistencia. En otras,
generó debates entre productores y técnicos de organismos de intervención, que permitieron
articular una nueva agenda de trabajo conjunto, como en Yeso y Tacuaras, Entre Ríos. En
tanto que del trabajo con los productores de la Asociación de Productores de la Cuenca del
Río Lujan, se generó el interés de llevar los problemas de acceso al agua al seno del Foro
Nacional de Agricultores Familiares; esto es, la posibilidad de poner en la agenda política de
las organizaciones de agricultores familiares la problemática, para la interacción con otras
instancias político-institucionales.

4.2. Situación del agua y la infraestructura para su captación
A pesar que, en términos estadísticos, el conjunto de muestras tomadas a campo es
reducida, no impide comprobar la presencia de un común denominador entre las localidades
analizadas el cual es, a su vez, encontrado con frecuencia en otras localidades no
consideradas en este estudio (ver, por ejemplo, los trabajos de Bundschuh, et al., 2004;
Baccaro, et al., 2006; Espinosa, Bocanegra, Del Rio & Zamora, 2009).
El tipo de acuífero más comúnmente explotado es el freático. La razón no se basa siempre
en la calidad original de sus aguas, ni en su capacidad de entregar la misma, sino que se
debe fundamentalmente a su facilidad de acceso debido a la reducida profundidad de su
nivel estático respecto a la superficie del terreno. En el caso del Parque Pereyra Iraola, la
mayoría de las obras censadas fueron realizadas con el objetivo de contar con una dotación
de agua para riego de acuerdo a un uso agrícola intensivo de la tierra, por lo cual las
perforaciones interceptan el acuífero freático y el semiconfinado infrayacente.
Del censo de pozos y encuestas a usuarios se pudo comprobar que en todas las localidades
analizadas es generalizado el desconocimiento o conocimiento parcial de las características
técnicas de la captación (caudal de la bomba, condiciones de entubamiento, etc.),
obteniéndose por lo general referencias vagas respecto a la profundidad original de la
perforación y en caso de obras recientes, su edad y el tipo de construcción (con o sin
encamisado, con o sin filtros, etc.). Así también, las herramientas y medios para realizar la
perforación, a excepción de la mayoría de los casos analizados en el Parque Pereyra Iraola,
fueron de carácter artesanal, de capacidad de avance y profundidad limitada. Se da también
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el común denominador de la total ausencia de registro de algún tipo de parámetro físico o
químico del medio perforado y/o de la presencia de un profesional idóneo en el tema.
En la construcción de las obras de captación dominan materiales plásticos de calidad y
durabilidad limitada. Sólo las obras de antigua data, realizadas en el Parque Pereyra Iraola
muestran la utilización de materiales adecuados para la época, aunque el paso del tiempo y
la ausencia total de mantenimiento y control hacen que actualmente las mismas hayan
perdido eficiencia o corran peligro de que sea necesario su abandono.
Los resultados de los análisis fisicoquímicos y bacteriológicos de las muestras afirman la
presencia del común denominador mencionado anteriormente. Sobre un total de 23
muestras, se pudo comprobar la presencia de bacterias coliformes, arsénico y nitratos por
encima de los valores límites considerados para la clasificación del agua como potable en
las tres localidades muestreadas. A su vez, se registraron casos en los cuales, si bien los
valores eran inferiores a los límites de tolerancia, estaban cercanos a los mismos.
La presencia de coliformes y nitratos se asocia con la contaminación de agua por la
presencia de materia orgánica, generalmente proveniente de los desechos fecales humanos
y depositados de forma adyacente a la perforación para el acceso al agua de consumo
humano (Custodio y Llamas, 1983; Espinosa, Bocanegra, Del Río y Zamora, 2009). La
presencia de arsénico se asocia en la Llanura Chacopampeana a la presencia de
sedimentos loéssicos de origen eólico, de espesor variable aunque dominante en la región
(Bundschuh et al, 2004).
La infraestructura de acceso disponible en los casos analizados en vez de generar
seguridad, agrega incertidumbres al problema. Se distinguen dos situaciones claramente
diferenciadas. En la primera, se destacan los casos del Parque Pereyra Iraola donde, como
ya se explicó, existen perforaciones antiguas que atraviesan diferentes acuíferos, y no se
cuenta con información técnica de las mismas. Tampoco se cuenta con redes cloacales ni
de agua potable, y las perforaciones se encuentran adyacentes a las unidades
habitacionales y a los puntos de descarga de aguas negras domiciliarias. En esta situación,
es altamente probable que se establezca un circuito de migración y contaminación desde los
depósitos de materia fecal al acuífero freático. Además, en éstos casos no es posible
asegurar con los datos disponibles la ausencia de flujo de contaminantes de uno a otro
acuífero a causa de los defectos de la misma obra de captación, ya sea por sus
características constructivas originales (falta de aislamiento entre acuíferos) o por la
degradación de la misma a causa del tiempo y la falta de mantenimiento y control. Se suma
a lo anterior la intensa actividad de los equipos de bombeo instalados en dichas obras, lo
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cual genera un cono de depresión local que favorece el flujo hacia el pozo, aumentando la
posibilidad de contaminación.
Otra situación es la que caracteriza a las explotaciones someras, donde el nivel estático se
encuentra cercano a la superficie (en el orden de los 5 m de profundidad), afectando a un
acuífero freático. Independientemente del equipo de bombeo instalado (desde bomba
manual a equipo eléctrico sumergible) la cercanía del pozo al punto de descarga de material
cloacal, del orden de los pocos metros, delata la certidumbre del desarrollo de procesos de
contaminación fecal de las aguas. Se observó además, que la ausencia de planificación de
las perforaciones, puede deberse a las limitaciones en infraestructura habitacional, donde no
siempre es posible contar con servicio de luz eléctrica, que hace difícil contar con una fuente
de agua alejada de la casa. La imposibilidad de acceder a tecnología apropiada para la
perforación y el poco acceso a los materiales adecuados para la construcción de una obra
de captación, dificultan decisivamente una adecuada ubicación, profundidad y
características constructivas del pozo. Finalmente, se destaca también la limitada presencia
de apoyo y control estatal para la realización de perforaciones comunitarias y redes de
distribución segura de agua potable.
4.3. Dinámicas sociales y las normativas vigentes
Reglas, límites y procedimientos que gobiernan la negociación entre actores, implican
también negociación de conceptos, significados y proyectos. Los procesos de construcción
de conocimientos son procesos sociales que implican luchas de poder, autoridad y
legitimación.
Habida cuenta de que muchas leyes definen y asignan recursos, tanto económicos como
políticos, y adquieren en sus definiciones y asignaciones una cierta legitimidad general, se
infiere que el control sobre la interpretación de leyes existentes y sobre la formulación de
nuevas leyes, debe considerarse como algo de fundamental importancia en la vida social,
económica y política de cualquier organización. Es en este punto donde la ley entonces se
transforma imperceptiblemente en el sujeto de la lucha social. Luchas sobre la definición y
control de recursos escasos -de tierra, agua, mano de obra, tecnología y poder político- en
gran medida son llevadas a cabo de manera legal, cuando actores sociales (legisladores,
lobbystas, partidos políticos, agricultores) por cualquiera que sea la razón, tratan de insertar
sus propios intereses sociales, políticos o económicos dentro de la legislación o la toma de
decisiones reales. El poder de hacer reglas legales o de dar interpretaciones autorizadas a
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reglas existentes, entonces, representa en sí mismo un recurso en las interacciones sociales
(Benda-Beckman, 1992).
Todas estas disputas se dan en contextos conformados por condiciones ecológicas y
conjuntos de relaciones sociales e instituciones interrelacionados, que han sido
desarrollados con anterioridad a cualquier interacción específica. La ley es también parte de
estos contextos, ya que constituye la dimensión normativa de estas relaciones. Por lo tanto,
provee a las personas comprometidas en prácticas sociales con un repertorio de
motivaciones y razones, un medio para racionalizar y justificar sus intereses y acciones.
Pero, al mismo tiempo, potencialmente, también limita su comportamiento.
Esto, que puede sonar algo abstracto, en la práctica se mantendrá así mientras hablemos
sólo en términos de “ley”. Ya que este concepto, como sea que se defina en detalle, sería un
término que encubre una amplia gama de fenómenos sociales, que podrían tener en común
nada más que su “legalidad”, su validez y legitimidad públicamente asignadas en una
formación social dada. Estas consideraciones se tornan más concretas, si tomamos
ejemplos de la vida cotidiana, en los que se legitiman las desigualdades, a través de la
implementación de diversos instrumentos legales o por el contrario, a través de su no
aplicación.
Por lo tanto, no debemos suponer que será únicamente la “ley”, el factor que modifique la
realidad mágicamente. La transformación hacia un escenario más propicio y justo para
todos, seguramente devendrá de la conformación de una trama más compleja y dinámica,
compuesta por los derechos, obligaciones, intereses, acciones y el acceso a la información
de todos sus integrantes, siendo el estado -en todos sus niveles- un actor fundamental. En
este sentido, podría decirse que las normas vigentes analizadas son estructuras bien
fundamentadas que establecen evolucionados conceptos en cuanto a la conservación y
usos del agua en aras del bien común, pero es dable aclarar en este punto que puede
observarse en la práctica que el espíritu de estos y otros instrumentos legales, ha sido en
muchos casos vulnerado a través de su reglamentación. Del mismo modo, en ciertos casos,
las normas han caído en letra muerta a la hora de su implementación, ya sea por su
excesiva ambición o por la incapacidad del propio estado para aplicar su efectivo ejercicio y
control.
En el trabajo de campo observamos cierto desconocimiento respecto de este marco legal,
por parte de los agricultores familiares, los técnicos de terreno, y hasta algunos actores
institucionales. La problemática del acceso al agua, no sólo pareciera ser imperceptible para
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los propios damnificados, sino que ni siquiera es considerada dentro de este marco legal,
justamente por desconocimiento.
En Paloma Pozo, Córdoba, existen “dueños” de acequias que captan aguas desde el Río
Soto, aguas a las cuales sólo pueden acceder los poseedores de escrituras en las que se
consigna “el derecho al agua”. Esta clase de “usos y costumbres” –que deviene de
conceptos y prácticas de la época de la colonia, subsiste en un escenario signado por la
escasez y la necesidad. Esto sucede a pesar de que en Córdoba, como en todas las
provincias argentinas, el agua es de dominio público. Las relaciones sociales construidas
históricamente, se reproducen, la legitimidad del ejercicio de poder no se cuestiona. La
autoridad de aplicación del Código de Aguas de la provincia no ejerce la legitimidad que le
otorga la ley para controlar los usos y regular la equidad en la distribución del recurso, con lo
cual, en la práctica se reproducen usos y costumbres que profundizan las asimetrías.
En el caso de la provincia de Buenos Aires observamos que, a pesar de que la ley plantea
taxativamente que la ADA tendrá un registro de perforadores y de las perforaciones que se
hacen con objeto de aprovechar el agua subterránea, vemos que en la práctica luego de un
letargo de más de una década, el organismo pareciera recién comenzar a desperezarse. El
registro es apenas incipiente y la mayoría de las perforaciones y extracciones se realizan sin
control alguno por parte de la autoridad de aplicación.
Por otro lado observamos que hay mucho desconocimiento sobre la legislación vigente y la
existencia de la propia ADA y sus funciones. Aquéllos que la conocen, como es el caso de
productores capitalizados que requieren de riego a gran escala, en la mayoría de los casos,
nunca han registrado sus captaciones, ni solicitado los permisos reglamentarios. La ley
estipula que la ADA obtendrá información sobre el uso de aguas subterráneas a partir de los
datos proporcionados por el usuario. Pero también dice la ley que el usuario obtendrá la
información sobre los recursos hídricos de la región donde necesita perforar. Ante el
incumplimiento de este punto de la ley, la información disponible -aunque dispersa, poco
sistematizada y poco o incorrectamente difundida en canales masivos de información, que
fue obtenida en su momento por organismos públicos (algunos ya inexistentes), centros de
investigación y universidades-, se convierte en “privilegiada” y por lo tanto, en un factor de
poder para quien pueda acceder a la misma. Esto transforma la situación en un círculo
vicioso de desinformación que complejiza la dinámica de gestión del agua subterránea de un
modo más seguro para todos los usuarios, actuales y futuros.
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5. A modo de cierre
Si bien en nuestro trabajo nos centramos en procesos interactivos específicos, el balance
del poder que se deriva de las transacciones y los recursos movilizados por los actores
interesados y que repercute sobre los cambios sociales, requiere situarlos en campos
institucionales y de poder más amplios porque tales campos constituyen la arena en la que
se juegan las relaciones sociales de poder (Archetti, 2005). Intentamos una primera
aproximación a la manera en que se accede, distribuye y controla el agua como recurso
productivo y de consumo y los conocimientos involucrados; contrastamos valores y
significados con acciones observadas y las correspondientes posiciones de los diferentes
actores. Así, por ejemplo, la aceptación/rechazo de un cambio tecnológico es analizada en
relación a los contextos que condicionan las preferencias de cada grupo.
Desde una perspectiva socio-antropológica la cultura no es un sistema fijo de clasificación ni
una construcción atemporal externa y ajena al modo en que los actores toman parte en la
resolución de sus problemas.
En nuestra investigación enfatizamos los problemas definidos por los actores, observamos
procesos organizativos, redes de relaciones sociales, nos acercamos a los significados de
experiencias pasadas y nuevas; tratamos de abordar las interrelaciones de significados,
prácticas y resultados.
Los actores sociales asignan valor a la naturaleza; difieren en las representaciones de las
relaciones naturaleza-hombre y el medio ambiente, en sus valoraciones y prioridades. A
partir de una posición crítica respecto a la filosofía biologista confrontamos con otras
visiones de mundo o ideología. El biologismo impregna las relaciones de asimetría (Achard
et al. ,1980) puestas de manifiesto en el acceso al agua para consumo humano y sistemas
productivos. Su análisis nos ayuda a entender y visibilizar de qué manera los agricultores
familiares de la región pampeana se encuentran involucrados en situaciones sociales de
asimetría, en situaciones políticas de subordinación, con una cultura subvalorada y/o
discriminada. Por ejemplo, los discursos institucionales y académicos dominantes o
legitimados muchas veces presentan a la escasez de agua como “natural” y universal, un
hecho dado de la vida humana y una realidad existencial (Mehta, 2003a). Hablar de
disponibilidad no implica la naturalización de las condiciones en que actualmente se
encuentra el recurso hídrico sino sólo como una medida técnica práctica para dimensionar
correcta y oportunamente su uso. Es necesario que quede claro que la disponiblidad implica
también considerar los orígenes del recurso y los grados de modificación que el mismo pudo
haber sufrido tanto por procesos naturales históricos (normalmente de escala geológica)
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como las modificaciones debido a las actividades de los diferentes actores y sectores
sociales, sus usos y costumbres (Puricelli, 2009, 2010).
Coincidimos con Mehta (2001) en que el acceso a y control sobre el agua no puede
desvincularse de las relaciones sociales y de poder en juego que influyen en su uso y
abuso. En este sentido, seguimos la conceptualización presentada por la autora (2001,
2003ª, 2003b) entendiendo que la escasez de agua puede ser construida diferentemente por
diferentes actores sociales y políticos. La “escasez” como concepto esta constituido por
componentes biofísicos ya mencionados. Pero otros componentes son construidos a través
de procesos socio-económicos, políticos y de políticas como el agotamiento del acuífero, su
salinización, la falta de recursos económicos para acceder a una extracción de agua
adecuada a las necesidades de los actores, etc. En una misma localidad para algunos
actores puede resultar escasa el agua mientras otros están bombeando las 24hs. Con lo
cual, hablar de escasez ensombrece los componentes que explican inequidades en su
acceso o aumento de demanda por entrada de nuevos actores que avanzan sobre nuevos
territorios por la presencia de agua y no por su falta. Lo que nos lleva a emplear otro
concepto relacional que nos resulta útil para el análisis: la abundancia. En su análisis de
conflictos por el control sobre recursos naturales, Fairhead (2001) aborda críticamente la
tendencia de científicos, tecnócratas y funcionarios públicos de vincular la pobreza con la
degradación ambiental y los conflictos. Según este autor, gran parte de los conflictos, aún
aquellos que desembocan en hechos de violencia, se deben a la riqueza de recursos de un
territorio (riqueza ambiental), que hace que actores externos y locales se disputen tales
recursos.
Es el caso que vemos en los periurbanos para abastecer de agua a las nuevas
urbanizaciones de lujo y los cascos urbanos, que exigen la extracción de mayor cantidad de
agua, normalmente subterránea. Estos procesos son crecientes, sin que se compruebe que,
por ejemplo en los cascos urbanos el grado de acceso al recurso se haya mejorado ni en
cantidad ni en calidad. Aquí los agricultores del Parque Pereyra Iraola y las zonas aledañas
relacionan el problema de la baja del nivel acuífero en verano, descalzando sus bombas con
el funcionamiento de las nueve bombas de agua instaladas en el Parque para abastecer a
los cascos urbanos y nuevas urbanizaciones de Berazategui. Esto no ha sido cuantificado
como para asegurar técnicamente esta asociación. También vemos en Paloma Pozo, al
noroeste de Córdoba, el avance de agronegocios cuyas producciones dependen del riego,
en tierras antes ocupadas por campesinos y agricultores familiares. Aquellos agricultores
que persisten en estos territorios hoy fragmentados por los agronegocios no disponen de
agua para sus producciones, mientras sus vecinos inversionistas instalan las bombas
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necesarias para el uso de aguas subterráneas en cantidad para asegurar los negocios. Aquí
no solo la disputa es por las cantidades de agua apropiables y apropiadas en términos de
relaciones de poder; sino también lo apropiable y lo apropiado desde el punto de vista
hidrológico; esta diferencia indica la distancia a potenciales situaciones de agotamiento de
acuíferos, junto con el detrimento de la calidad de las aguas por sobre-explotación y la
incorporación de agrotóxicos a su uso. Con esto también surgen disputas por la seguridad
respecto a las condiciones con que parte del agua utilizada para riego vuelve a los acuíferos
en relación con la vulnerabilidad propia de los mismos a la contaminación.
Por ello nos interesa entender qué significa la escasez para distintos actores y cómo ciertos
actores construyen una noción naturalizada de la escasez, y viendo su contracara, analizar
a quienes beneficia esto. Creemos que el entendimiento de estos procesos y su vinculación
con los derechos y obligaciones a los que las leyes de agua hacen referencia, aunque sea
en la letra, contribuye al fortalecimiento de los grupos de agricultores familiares para su
participación en la gestión del agua. Como hemos señalado más arriba, la educación no
formal y el manejo de información promueven la exigibilidad de los derechos sociales (como
el derecho al agua). La toma de decisiones de los agricultores familiares de las localidades
en estudio, se relacionan con el sistema político-institucional y con el ejercicio y distribución
del poder, es decir, de los liderazgos formales e informales, a los procedimientos manifiestos
y a formas encubiertas del ejercicio del poder. Esta afirmación tiene su reflejo en los
resultados de un análisis técnico, donde se destaca que la ausencia de información
disponible para los actores, o problemas de infraestructura, si bien solucionables, son el
resultado de la particular visión respecto al recurso; de la influencia por parte de aquellos a
los cuales les corresponde tomar decisiones administrativas y legales al respecto y de la
propia concepción que éstos últimos tienen respecto a la vulnerabilidad y sostenibilidad del
recurso y de los procesos naturales y antrópicos involucrados.
Pensamos que la participación es un proceso co-producido para generar cambios hacia un
mayor protagonismo de los agricultores familiares en los procesos de toma de decisión
respecto a su propio bienestar. Una autodeterminación relativa (debido a las múltiples
determinaciones que ejerce el sistema global sobre los menos influyentes) implica
capacidad de decisión sobre aspectos estratégicos de la realidad social. En Paloma Pozo, el
proceso dio lugar a que los agricultores discutieran con el profesional a cargo del estudio
hidrogeológico sobre el mejor lugar para hacer los sondeos, en base a sus posibilidades de
disponer del espacio físico para realizar una perforación comunitaria. A su vez, el proceso
de investigación acción propició la conformación de una asociación de productores que en
conjunto presentaron una solicitud de apoyo económico al Ministerio de Desarrollo Social de
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la Nación, con el objetivo de realizar una perforación de las características necesarias para
abastecer al grupo de 17 familias, del agua destinada al riego de una hectárea.
Consiguieron los fondos y se prestan en la actualidad a destinarlos a dicha obra. Eso ya
queda en manos del grupo. A pesar de que el equipo técnico local propuso que el agua sea
manejada para hacer un riego por goteo, en cada reunión, los productores siguieron
hablando de almacenar el agua captada en el punto desde el cual se la pudiera conducir por
las tres acequias existentes, para desarrollar un sistema tradicional de riego superficial por
surcos. En definitiva, seleccionaron la tecnología con la que se sienten seguros por la
experiencia previa.
Por lo dicho hasta aquí, concebimos al sujeto colectivo del proyecto como sujeto político y
consideramos de importancia rescatar la perspectiva local en una situación en la que se
discuta la propia orientación valorativa de los actores y la valoración asociada a soluciones
propuestas. De esta manera, nos acercaríamos a una situación en la que el diagnóstico
inicial y los objetivos propuestos puedan ser producto de una transacción entre el equipo de
investigadores, técnicos y agricultores. Con la reflexividad que implica este enfoque,
creemos que se está contribuyendo a fortalecer los procesos organizativos de los
agricultores familiares en pos de solucionar problemas inmediatos de acceso al agua,
posibilitando a su vez la reflexión y la elaboración de estrategias para la acción hacia su
mayor control sobre los recursos hídricos.



Notas:
[1] El Proyecto mencionado en este artículo forma parte de una línea de trabajo del Instituto
de Investigación y Desarrollo para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF)-Región Pampeana
del INTA que articula con la Estación Experimental Agropecuaria Balcarce, el MAGyP y la
UNLP y trabaja junto con otras instituciones nacionales y locales en colaboración con
Agencias de Extensión locales. Esta línea de investigación forma parte del Proyecto
Específico AERN 291682 “Manejo Integral del Agua para la Agricultura Familiar y
Productores de Secano” del INTA iniciado en marzo 2010 hasta diciembre 2012.
[2] Con las denominaciones de Agua potable de suministro público y Agua potable de uso
domiciliario, se entiende la que es apta para la alimentación y uso doméstico: no deberá
contener sustancias o cuerpos extraños de origen biológico, orgánico, inorgánico o
radiactivo en tenores tales que la hagan peligrosa para la salud. Deberá presentar sabor
agradable y ser prácticamente incolora, inodora, límpida y transparente (Ley 18.284 Código
Alimentario Argentino)
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[3] Este proceso, la construcción de un campo de inflexión maduro, nos llevó más de un año.
No todos los que participaron del proceso aceptaron este ritmo y la necesidad de
intercambio entre disciplinas, pero hemos aprendido mucho de esta dinámica y nos falta aún
aprender.

Agradecimientos
Se agradece por su participación en diferentes instancias y momentos de los trabajos en
base a los cuales se ha escrito este artículo a: María Marta Villarreal, Alicia Rodríguez,
Guillermo González, José Vázquez, Miguel Barreda, Marcelo Guzmán, Rafael Barrionuevo,
Guillermo Fernández, Cecilia Berardo, Jorge Dupleich, Cristina Maydana, César Garnier,
Claire Faure y Pauline Molinier, así como a los productores de los distintos sitios con los que
realizamos los trabajos de campo.
Por otro lado queremos agradecer a Roberto Ringuelet por habernos dado la oportunidad de
participar de este dossier y a los evaluadores anónimos por sus valiosos aportes y
sugerencias, que nos ayudaron a mejorar este trabajo.

Bibliografía
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Fecha de recibido: 30 de marzo de 2012
Fecha de aceptado: 28 de junio de 2012
Fecha de publicado: 30 de agosto de 2012



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