Ese incremento está contenido en los ajustes anunciados por el Gobierno para obtener ingresos adicionales de 30 mil millones de euros el año próximo y equilibrar sus finanzas públicas.
Con ese objetivo se estableció aumentar en 0,15 por ciento los pagos que hacen los retirados para acceder a esos servicios.
La nueva contribución abarcará al 70 por ciento de los 15 millones de jubilados en el país, una buena parte de ellos con pensiones que están muy por debajo del costo de la canasta básica.
Maryvonne Lemesle, de 64 años, aseguró a la prensa que asistirá a la protesta este jueves frente a la Asamblea Nacional para proteger su ya afectada capacidad de compra.
"En las tiendas cada día todo está más caro y es necesario prestar atención a cada gasto, en la alimentación, la ropa y otras cosas. Si uno calcula mal, el dinero no llega hasta el fin de mes", dijo Lemesle, quien comenzó a trabajar a los 14 años.
Los sindicatos esperan agrupar a varios miles de personas que están en la misma situación y se organizaron caravanas de autobuses desde distintas ciudades, como Bayona, Bordeaux, Caen, La Rochelle, Brest y Rennes.
Entre sus reclamos también se incluye un mejor acceso a los servicios de salud, la rebaja del precio de los medicamentos y de las cotizaciones de los seguros complementarios para todas las personas en situación de retiro.
Todos los trabajadores franceses deben cotizar durante su vida laboral entre el 6,2 y el 7,5 por ciento de sus salarios mensuales para la seguridad social y cuando se retiran, el descuento a sus pensiones oscila entre 3,8 y 6,6 por ciento.
Si además tienen un sistema de pensión privada en un banco o con alguna empresa aseguradora, se les cobra adicionalmente el uno por ciento de estos ingresos. (PL)
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