La pura verdad Si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo. Después de todo y de pensarlo bien, no tengo motivos para quejarme o protestar: siempre he vivido en la gloria: nada importante me ha faltado. Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor y miedo y apremio. Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables. Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe, melancólica, débil, poco interesante, un abanico de plumas que el viento desprecia, caminito que el tiempo ha borrado. Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciando una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe. Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi memoria ha muerto y se queja con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos. El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día. Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la Cenicienta, aunque algunos me recuerden con cariño o descubran mi zapatito y también vayan muriendo. No descarto la posibilidad de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia. La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta. Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud y en mi destino y en la buena suerte: sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia. Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra; compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe. Puedo hablar y escuchar la luz y el color de la piel amada y enemiga y cercana. Tocar el sueño y la impureza, nacer con cada temblor gastado en la huida Tropiezos heridos de muerte; esperanza y dolor y cansancio y ganas. Estar hablando, sostener esta victoria, este puño; saludar, despedirme Sin jactancias puedo decir que la vida es lo mejor que conozco. |
Porque la Historia se desbocó en sus 31 días y en vez de caminarlos en punta de pié los cabalgó al galope tendido y sin rebenque. Porque es un mes paradigmático y nosotros somos sus descendientes. Algunos tratamos de merecerlo.
miércoles, 15 de agosto de 2012
LA VERDAD SEGÚN PACO...
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