LA ALEGRÍA PERONISTA

jueves, 18 de agosto de 2011

La Declaración de Buenos Aires y la acción de los gobiernos locales de la triple frontera








18/8/2011 | Monte Caseros/ Bella Unión/ Barra do Quareím

La Declaración de Buenos Aires firmada por los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y José ‘Pepe’ Mujica el 2 de agosto pasado sintetiza el esfuerzo de un gran grupo de actores institucionales e individuales, públicos como privados, que creen con fundamento en la bilateralidad histórica de nuestros países y en la posibilidad de una construcción relacional complementaria “de abajo hacia arriba” y “de arriba hacia abajo”. El rol de las Cancillerías con expresa orden de los Presidentes, de las respectivas Embajadas en Buenos Aires y Montevideo pero también de las autoridades locales y de las organizaciones de la sociedad civil de la frontera; así como los comprobados intereses de desarrollo económico con beneficios conjuntos; ponen de relieve la necesidad de articular canales comunicantes para dar curso a la integración fronteriza, sostiene Nahuel Oddone*.



La Declaración de Buenos Aires firmada por los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y José ‘Pepe’ Mujica el 2 de agosto pasado constituye un nuevo paso en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales de Argentina y Uruguay. Atrás queda el conflicto de Botnia para poder centrarse en una nueva agenda altamente propositiva que abarca distintos campos que van desde el comercio y la industria, la energía, la minería y la protección de cuencas, pasando por la salud y por el inicio de una serie de estudios de pre-factibilidad para obras de infraestructura de conexión en la zona de frontera, entre otros temas de particular relevancia.

La Declaración de Buenos Aires -esperada por muchos- sintetiza el esfuerzo de un gran grupo de actores institucionales e individuales, públicos como privados, que creen con fundamento en la bilateralidad histórica de nuestros países y en la posibilidad de una construcción relacional complementaria “de abajo hacia arriba” y “de arriba hacia abajo”. El rol de las Cancillerías con expresa orden de los Presidentes, de las respectivas Embajadas en Buenos Aires y Montevideo pero también de las autoridades locales y de las organizaciones de la sociedad civil de la frontera; así como los comprobados intereses de desarrollo económico con beneficios conjuntos; ponen de relieve la necesidad de articular canales comunicantes para dar curso a la integración fronteriza.

Los estudios desarrollados por el CeSPI (Centro Studi di Politica Internazionale) en el marco del Proyecto “Fronteras Abiertas” nos indican que la cooperación transfronteriza se ve favorecida cuando existen tres condiciones fundamentales:

“- Que los territorios comprendidos participen en un proceso de conectividad física,
- Que se cuente con un acuerdo político de alto nivel entre los países involucrados que se materialice en algún marco institucional que ordene sus relaciones y, por último,
- Que se reconozca la participación de los gobiernos subnacionales fronterizos, en cuanto articuladores de los actores locales y como instancia institucional necesaria para una positiva gobernanza transfronteriza” (Rhi Sausi y Oddone, 2009, 2010 y 2011).

Las acciones que de manera sostenida vienen desarrollando las autoridades locales de las ciudades fronterizas de Monte Caseros (provincia de Corrientes, Argentina), Bella Unión (Departamento de Artigas, Uruguay) y Barra do Quareím (Estado de Rio Grande do Sul, Brasil) es fiel ejemplo del éxito del enfoque antes mencionado. Una vez más, las áreas fronterizas son -por tanto- áreas estratégicas ideales para la experimentación social de la integración regional.

La búsqueda de un puente que comunique las localidades -‘un sueño histórico’ como menciona el Intendente de Monte Caseros Eduardo Galantini- se constituyó en la base sobre la cual se articularon políticamente los tres intendentes y sobre la que se encaminó la participación de la sociedad civil local. Innumerables veces se cruzó en lancha el río Uruguay (aún con altas crecidas y a veces con la oscuridad de la mañana o de la noche) con el objetivo de construir consenso y llegar a un acuerdo.

Ante la existencia de un puente que comunica Bella Unión con Barra do Quareím, quedaba en claro la necesidad de comunicar Monte Caseros con Bella Unión y así fundar una microrregión de integración fronteriza.

El desarrollo de la infraestructura física es indispensable para atender las necesidades básicas de cualquier población a la vez que dinamiza la competitividad internacional y vigoriza los procesos de integración regional en curso. Una obra de conectividad física como la que se pretende es, sin lugar a dudas, un proyecto “estructurante” para los territorios de frontera comprendidos y a partir de la cual se redefinirán y redimensionarán tanto las relaciones locales como las interacciones regionales e internacionales.

En el punto 7 sobre ‘Integración Física’ de la Declaración de Buenos Aires se menciona: “El acuerdo para la construcción de un puente internacional entre las localidades de Monte Caseros (Provincia de Corrientes, Argentina) y Bella Unión (Departamento de Artigas, Uruguay), encomendándole a la CARU la elaboración de los estudios necesarios para la realización de la obra, manteniendo una adecuada coordinación con las respectivas autoridades nacionales competentes. Las gestiones en curso para un Estudio Binacional Integral para la elaboración de un Programa destinado a la mejora de la Conectividad Territorial Argentina-Uruguaya, financiado a través de fondos de preinversión instituidos en el marco de la iniciativa IIRSA por los organismos internacionales de crédito que apoyan a la misma”. Este punto es el resultado de dos comunidades comprometidas, con liderazgos locales decididos, que han realizado diferentes actividades de difusión y lobbying con el objetivo de visibilizar ‘su sueño’.
A nivel nacional, la Declaración Conjunta de los Presidentes de la República Oriental del Uruguay y de la República Argentina realizada en San Juan de Anchorena el 2 de junio de 2010 (conocida simplemente como Declaración de Anchorena) y el interés de trabajar en materia de integración fronteriza renovaron las bases para las reuniones bilaterales mantenidas por los Cancilleres Almagro y Timerman como así también los esfuerzos por reactivar la CODEFRO (Comisión de Desarrollo Fronterizo del Río Uruguay) y los Comités de Integración.

También es de reconocer el espacio brindado por el Canciller Almagro decidido a escuchar las voces de las autoridades municipales. La adopción de un enfoque de integración ‘desde abajo’ constituye una modalidad complementaria a los esfuerzos intergubernamentales.

A nivel local, la realidad trinacional fronteriza de ciudades gemelas se vio reforzada a partir de la Ley Nº 18.567 del 13 de setiembre de 2009 sobre “Descentralización Política y Participación Ciudadana” que permitió la creación de la Alcaldía de Bella Unión en Uruguay. Un completo alineamiento político e institucional que permite avanzar en la construcción de la microrregión de integración fronteriza antes mencionada.

El nivel de relacionamiento local es un elemento sustancial de la agenda fronteriza y se encuentra en pleno dinamismo a partir de los acuerdos de hermanamiento vigentes entre las tres ciudades, los proyectos de desarrollo financiados por cooperación internacional ejecutados en conjunto y por la reactivación del Comité de Integración Monte Caseros – Bella Unión realizada del 8 al 10 de junio pasado con auspicio de ambas Cancillerías y con la presencia de los Embajadores Dante Dovena y Pomi Barriola.

Los Comités de Integración constituyen uno de los foros de integración regional más importantes en el marco de las relaciones vecinales. Creados como una instancia permanente de intercambio entre regiones y municipios, cumplen la función de ser mecanismos canalizadores de las aspiraciones en el nivel local y regional –a uno y otro lado de la frontera- en los ámbitos de la integración física, el tránsito y tráfico fronterizo, la cooperación, la educación y la salud, el turismo, el desarrollo económico, etc. Basta pensar que para la pasada reunión realizada en Bella Unión, cruzaron más de 60 casereños por día.

La cooperación transfronteriza es entendida como una alianza estratégica de los actores y los territorios subnacionales contiguos para reforzar los procesos de integración regional; busca dar respuesta a la necesidad de generar mecanismos de “integración hacia dentro” en el marco del Mercosur que permitan disminuir las asimetrías territoriales y favorezcan la cohesión social.

Los municipios son los actores claves a pesar de sus capacidades frágiles o limitadas. Se trata del nivel de la administración pública más cercano al ciudadano y con un amplio poder de convocatoria en términos de actores individuales o institucionales, hombres y mujeres, empresas o universidades, entre otros. Aún cuando sus capacidades en términos de gestión pueden ser limitadas, su fortaleza en términos de responsiveness (si se logran materializar políticas públicas de acuerdo a las preferencias expresadas por la ciudadanía) suele ser fundamental. Una obra de infraestructura de frontera, difícilmente logra ejecutarse si los municipios limítrofes no comparten la propuesta y no se han apropiado de ella.

En esta triple frontera hay una población que espera su puente, que lucha por su puente, una población que construye su puente en el día a día a través de las interacciones cotidianas del vivir fronterizo. La apropiación social de la propuesta es indiscutible, el empoderamiento de los actores y el liderazgo político local relevantes por eso el estudio de pre-factibilidad que se espera desarrolle la CARU sienta tan sólo la base técnica para la construcción material del puente… en tanto que la construcción social ya está hecha desde hace tiempo…


* Cooperación Internacional, Monte Caseros, Corrientes.


[Nahuel Oddone]

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