LA ALEGRÍA PERONISTA

domingo, 27 de marzo de 2011

Del cuadro de Videla al último 24 de marzo. Bendini: “Fue un paso necesario”

Año 3. Edición número 149. Domingo 27 de marzo de 2011



En una comunicación telefónica con Miradas al Sur, el general retirado Roberto Bendini evocó el momento en el que, durante la mañana del 24 de marzo de 2004, bajó los cuadros de los ex dictadores Videla y Bignone. Y lo hizo con las siguientes palabras: “Como jefe del Ejército comprendí que había llegado la hora de cerrar heridas”.
Este semanario, en su edición del 6 de noviembre de 2010, había relatado la historia de aquella acción simbólica.

Es que con anterioridad, Néstor Kirchner le había ordenado a Bendini que dispusiera el retiro de semejante decoración. Pero el general no cumplió. Por ese motivo, el Presidente resolvería finiquitar el asunto en el acto por el aniversario del golpe. Ello fue informado con anticipación al Estado Mayor y, en rigor a la verdad, ese cariz de la efeméride no causaría mucho beneplácito entre algunos integrantes de la cúpula militar. Tales fueron los casos de los generales de brigada Rodrigo Soloaga y Jorge Cabrera. Este último hasta llegaría a tildar la iniciativa de “provocación innecesaria”. Lo cierto es que los hechos no tardaron en precipitarse.

En la mañana del 23 de marzo, el ministro de Defensa, José Pampuro, atendió una llamada telefónica:
–Desaparecieron los cuadros de Videla y Bignone –le informó una voz desde el otro lado de la línea.
–¿Quién habla? –quiso saber el funcionario.
Por toda respuesta, oyó el click que dio por finalizada la comunicación. Minutos después confirmaría que, en efecto, manos anónimas habían hurtado ambos retratos. Su próximo paso fue ir a la Casa Rosada.
Dicen que Kirchner asimiló la explosiva novedad con una fría calma. Y que, tras convocar con urgencia a Bendini, su orden fue:
–Busque los cuadros y vuélvalos a colgar.
La directiva fue acatada.

Ese martes, el súbito pase a retiro de Soloaga y Cabrera pasó desapercibido.
Al día siguiente, el primer mandatario ingresó al recinto en cuestión con los ojos clavados en los retratos restituidos. En ese instante se lo vio sonreír. Entonces, declamaría esa histórica palabra: “¡Proceda!”. Y Bendini descolgó los cuadros.

Ahora, a siete años de aquel día, el ex jefe del Ejército dijo: “Debo destacar que la decisión de bajar los cuadros fue del Presidente. Y yo sólo cumplí. Espero que ello haya contribuido a cerrar las heridas del pasado.
–¿Cumplir esa orden le trajo a usted elogios o críticas por parte de sus camaradas de armas?
–Las opiniones estuvieron divididas. Bueno, la verdad es que ello me trajo algunos conflictos. Pero luego los camaradas comprendieron que había sido un paso necesario.

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