LA ALEGRÍA PERONISTA

jueves, 3 de febrero de 2011

A NO SER QUE SEAS ESTÚPIDO.





PREFACIO

Una contractura permanente


Enfrente de la óptica, hace algunos años, había un bar de unos viejos hermanos gallegos. El padre de mi hijo, que era gallego, pero joven, conocía la geografía del lugar de Galicia donde habían nacido los hermanos del bar. Un día me dice: mirá cómo caminan los gallegos, fijate cómo balacean los brazos para adelante y para atrás, dan pasos con los que parecen estar pisando huevos, y miran el piso todo el tiempo mientras caminan. Yo me lo quedé escuchando callada, esperando oir lo que seguía. Es porque nacieron en una tierra de monte, todo el tiempo el terreno sube y baja y está lleno de piedras; hay que caminar en desnivel mirando dónde se pisa y balanceando los brazos para sostener el equilibrio. Me impresionó saber que el terreno donde habían nacido los gallegos del bar, no les desaparecía bajo sus pies, aunque caminaran por una calle lisa, como las de Buenos Aires.
Así, no se me desaparecen a mí los desniveles de la vida, en mis cuarenta años de trabajo en la Argentina. Claro que todos no hemos vivido en el mismo terreno escarpado. Porque cuanto más rico se es, los desniveles se compensan mejor. Cuanto menos ricos, más crudos se presentan los "subeybajas" del piso. Cuanto menos rico se es, más piedras hay debajo de los zapatos. Esas piedras quedan en el alma y uno está preparado para no relajarse, para no confiarse, para no descontracturarse. Pero es posible que vos no sepas bien lo que pasó en este país si sos muy joven. Quiero contarte un poco, con un testimonio personal, de cómo conseguí relajarme recien hace poco para mí, porque el 2003 está acá no más en el tiempo.

Del año 69 hasta Néstor Kirchner

Del 69 al 76

Tuve épocas buenas, pero las malas fueron las más comunes. Ni bien se subía en el nivel de estabilidad, de previsibilidad como para pensar en alguna compra importante o mejora, alguna cosa hacía caer todo otra vez, y a empezar de nuevo, casi desde cero, remontando las pérdidas, afrontando los compromisos que eran posibles y se tornaban difíciles de cumplir.

Me recibí en diciembre del 69, y ya tenía trabajo de óptica, como empleada, con un sueldazo. La sección de búsqueda de empleados ópticos de Clarín (rubro 26) tenía todos los días casi diez avisos, se podía elegir la zona más conveniente. Puse mi propia óptica en junio del 71 con el ahorro de los sueldos de empleada. En esa época nada se importaba, todo era industria nacional. Fueron cuatro años buenos, de crecimiento y ahorros hasta el 75, a pesar de que hacía treinta años que el país sufría de una inflación del 30% anual.

José Ber Gelbard, el Ministro de Perón, el que Perón quería sine qua non, polaco judío y comunista, enfrentó el problema histórico de la inflación con un Pacto Social, y con una política económica nacional agresiva, que disputaba tecnología con el exterior, con proyectos fantásticos como los de la calculadora Cifra, hecha en la Argentina por la empresa Fate de la que era socio. El camino hacia la computación que se desarrolló más tarde venía por la ruta que inició Gelbard en Fate. Primero las válvulas, luego los transistores, y por último los circuitos integrados. Cuando cayó Gelbard, se encontraban ya diseñados los planos de los circuitos integrados en la empresa Fate, habiendo alcanzado todo lo existente en tecnología del momento. De haber seguido por ese camino, la Argentina hubiera fabricado computadoras a la par de los EEUU, pero no la dejaron. Otras empresas venían impulsadas en el mismo camino. Por favor, no dejes de leer este documento, te lo pido especialmente.


Muerto Perón, con los Montoneros sin haber entendido ni a Gelbard ni a Perón, enfrentaron a los dos, llevados por su autoimpulso ideológico de rumbo fijo hacia elsocialismo nacional, y llevados también a defenderse de la derecha que asomaba a través de López Rega antes y después de muerto el líder histórico. En ese rumbo estaba comprometido este mismo Solanas de hoy que vuelve a repetir el mismo error de no tener visión y apoyar lo posible y verdaderamente revolucionario, que hoy representa el kirchnerismo, aplicando las mismas ideas de Gelbard en lo económico, aunque con mayores recursos para enfrentar la inflación proveniente de los operativos políticos dirigidos al dólar.

López Rega y los sindicatos, que fueron obedientes al nuevo rumbo político que constituyó el peronismo de derecha, le quitaron el apoyo a Gelbard, con lo que se desbarrancó el plan económico, se disparó la inflación y escapó la inversión empresaria. El 12 de junio de 1975, exactamente a cuatro años de abrir la óptica, hubo una catástrofe: el Ministro de Economía Celestino Rodriguez nos despertó ese día con un aumento del dólar al doble que desató una inflación galopante llevando los precios a un incremento de casi seis veces en sólo 10 meses. ¿Escuchaste bien?

Hubo acuerdos por aumentos salariales que llegaron hasta el 200 por ciento, pero el rumor era que se fijarían por decreto. Finalmente, “Isabelita” dictó un aumento pero de sólo 100 por ciento. Entonces, movilizaciones de la CGT y de las 62 organizaciones, con la fuerte figura del metalúrgico Lorenzo Miguel, rechazaron las medidas y convocaron a un paro de 48 horas.

La población salió a abastecerse ante la inminente crisis en el área económica. El 22 de julio, Celestino Rodrigo, poco más de un mes después de asumir, ya no era ministro.

Con esta crisis, en 1975 la inflación llegó al 300 % ciento en el año, el PBI nacional descendió 1,4 % y el PBI per cápita cayó 3%. Los precios al consumidor se incrementaron 566 por ciento en sólo 10 meses, entre marzo del 75 y enero del 76.

Ahora es necesario que te hable de la inflación.

La inflación histórica y Néstor Kirchner

La de siempre, no era una inflación como la de ahora. Es terrible que no lo entiendan o que no lo quieran entender. Porque hay algunos que no entienden, la mayoría de los de a pie, pero los entendidos se hacen los estúpidos. Si vos no lo entendés porque sos muy joven, por favor hacé un esfuerzo, es importantísimo que lo entiendas. De esto depende tu futuro, que se está por jugar en las próximas elecciones.

Toda la vida fue la subida del dólar lo que levantaba los precios de los productos en la misma proporción. Si subía un diez porciento el dólar, todos los productos aumentaban un diez porciento. Esa era la cultura nacional de los productores y comerciantes. Es eso lo que nunca ocurrió en Brasil, allí nunca nadie tuvo en cuenta al aumento del dólar. En realidad, nadie salía como acá, a comprar dólares si había depreciación de la moneda por déficit del Estado y emisión monetaria por encima de las ganancias.

La inflación esa se debía a los gastos del Estado que eran superiores a los ingresos. Nunca, pero nunca, hubo reservas como ahora en el Banco Central. Al Estado se le generaba un déficit, y le era necesaria la emisión monetaria para pagar los compromisos, por supuesto a costa de la desvalorización de la moneda, que provocaba una corrida al dólar que lo hacía subir por el aumento de la demanda. La verdad que eso era perverso. Porque en el mercado interno no hay por qué aumentar precios que no tienen que ver con el dólar, si son productos nacionales con mayor razón. Pero la cosa fueron siempre movidas del sistema financiero que provocaban "crisis" económicas. Ahora se ve, gracias a todo lo que pudimos aprender con la "Era Néstor Kirchner", que las corridas al dólar eran movidas políticas de desestabilización para implementar lo que por fin lograron en el menemismo: una dependencia financiera total del exterior. Eso que Macri y sus amigos llaman "no estar fuera del mundo". Iban los capitalistas financieros a comprar dólares, provocaban el aumento del precio del dólar, al otro día los diarios anunciaban el aumento, y los comerciantes y productores aumentaban los precios. Era así.

Néstor Kirchner les cortó las mañas, con su sistema de control del precio del dólar gracias a las reservas del Banco Central. Por primera vez en la Historia sucede algo como esto. Es tan importante y revolucionaria la medida de poder del gobierno demostrada por este manejo, que los financistas habrán estado desesperados, sin saber cómo desestabilizar a este gobierno. Ni Clarín ni La Nación pudieron cumplir su rol de buchones del aumento del precio del dólar, porque simplemente, el dólar no aumentaba, y todos los esfuerzos de los capitalistas aumentando la demanda se caían enseguida porque Néstor Kirchner tenía dólares para vender, evitando la suba del dólar equiparando la oferta a la demanda. Me acuerdo todavía cuando estuve a punto de comprar dólares a 5 pesos. Los diarios y los gurúes desestabilizadores a través de los diarios, presagiaban que a fin de año el dólar iba a valer 10 pesos. Pero no lo consiguieron. Y la Historia dio media vuelta. Lo curioso es que no se haya hecho ninguna mención a esta medida revolucionaria. Calladitos la boca, sólo les quedaría para desestabilizar, hacer cortes de ruta, como los piqueteros.

Del 76 hasta hoy

De repente en el 76, Martinez de Hoz trajo la importación y empezó a arruinar la industria nacional tradicional y clásica. El país empezó a cambiar para siempre. En los años de la dictadura se trabajó bien, pero cuando se fueron los del Proceso, Alfonsín quedó con la deuda impagable y el país en situación crítica. Llegó el Plan Austral y al tiempo fracasó. Los años de Alfonsín fueron malos. Hasta que se fue, sin poder gobernar, "resignando" su cargo, como dijo para no decir "renunciar", como se queda el palo mayor de un barco hundido flotando en el mar.

Lo de Menem lo conocés. La entrega total. La maldita operación sin anestesia con la que se nos cortó la carne viva. Y después el imbécil de De La Ruina, nuestra mayor vergüenza junto con Isabelita, los dos accidentes de la Historia. De ahí al 2003.

Néstor Kirchner, con los papeles de la deuda en el bolsillo, luchó a brazo partido contra la oposición que hizo lo que pudo por derrumbarlo. No te digo nada más. Ahora sos vos el que tiene que votar. Si no sabías algo de todo esto, ahora lo sabés. Vos sabrás lo que hacés. Si sos sojero, querrás que no gane Cristina, para que te saquen las retenciones. Pero si no sos sojero, preguntate dos cosas:

1) ¿Cuál es el mal económico que me hizo el gobierno a mí personalmente?
2) ¿Cuál es el bien económico que me hizo el gobierno a mí personalmente?

Si a la primera pregunta contestás "ninguno", y a la segunda contestás alguna cosa a favor, entonces, votás a Cristina, a no ser que seas estúpido.


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