Porque la Historia se desbocó en sus 31 días y en vez de caminarlos en punta de pié los cabalgó al galope tendido y sin rebenque. Porque es un mes paradigmático y nosotros somos sus descendientes. Algunos tratamos de merecerlo.
viernes, 3 de abril de 2009
Ante la crisis, economistas coincidieron en defender el nivel de empleo y aplicar politicas keynesianas
Aldo Ferrer, Miguel Peirano, Eduardo Hecker y Orlando Ferreres participaron de la mesa de debate de Buenos Aires Económico y buscaron salidas a la crisis. Hubo acuerdo en sostener la demanda para absorber el impacto del frente externo.
Políticas heterodoxas. Defensa del empleo. Aplicación de políticas keynesianas. Acceso al crédito para empresas. Sostenimiento de la demanda. Mantenimiento de un tipo de cambio competitivo. Mejoramiento de la cuestión fiscal. Búsqueda de solvencia financiera.
Estas son solo algunas de las cuestiones sobre las que coincidieron los economistas expositores de la mesa de debate “El Modelo económico argentino frente a la crisis global” organizada por Buenos Aires Económico en referencia a las políticas económicas que debería adoptar la Argentina para enfrentar la crisis financiera internacional.
Allí, el presidente de la Comisión Nacional de Valores, Eduardo Hecker; el economista Orlando Ferreres; el ex ministro de Economía y actual presidente del Banco de Integración y Comercio Exterior, Miguel Peirano y el economista Aldo Ferrer expusieron acerca de las medidas necesarias para que el tejido social del país no se deteriore en el contexto de la crisis.
Respecto de las políticas económicas Ferrer celebró que “tenemos una coincidencia muy amplia acá en la mesa”.
“Coincidimos en cómo sostener la demanda efectiva para absorber los impactos externos”, enfatizó.
Sin embargo, enumeró una serie de agregados que él incluiría, como la consolidación de la gobernabilidad, la solvencia fiscal, la solvencia externa, la prudencia monetaria y la ampliación de espacios de rentabilidad, son los elementos fundamentales para recuperar y consolidar el crecimiento.
Además, recomendó que “haya empleo, para lo cual tiene que haber inversión, para la cual tiene que haber confiabilidad”.
En ese sentido, aseguró que “los recursos están. La Argentina tiene una tasa de ahorro de casi el 30% del PBI. Esa es la fuente fundamental del financiamiento”.
Peirano, en tanto, opinó que el crédito es la medida prioritaria y recomendó un rol complementario entre los bancos públicos y los privados. “Es necesario complementar el funcionamiento de todo el sistema”, indicó.
“Hay que movilizar los recursos previsionales para priorizar financiamiento a aquellos sectores de mano de obra intensiva”, recomendó, al tiempo que deseó que la “banca pública asuma un rol activo”.
Y afirmó: “Hay que proteger a los sectores de mano de obra intensiva. Frente a la crisis hay que resguardar el empleo y resguardar la actividad. No puede ser similar la concepción frente a la crisis de los sectores de mano de obra intensiva que de otro tipo de sectores”.
“En ese sentido el gobierno está llevando adelante una política muy positiva. Hablamos de resguardar a los textiles, la indumentaria, los bienes de capital, la metalurgia, la de maquinaria agrícola, los sectores relacionados con las Pyme, que son los tejidos que hoy tienen fuerte vinculación con el mercado interno y con la creación de empleo”, enfatizó.
Respecto de la apertura de los mercados, reflexionó: “Uno reiteradamente escucha una reivindicación de la apertura y al mismo tiempo tiene muy claro que esa apertura es teórica y no es real porque los mercados los cierran y resguardan sus empresas y Argentina tiene que seguir ese mismo camino, especialmente en materia de mano de obra intensiva”.
Hecker, asimismo, celebró que no se hubieran abandonado políticas heterodoxas que implicaron no apartarse del rumbo del crecimiento.
Entre los puntos importantes a tener en cuenta, mencionó la cuestión fiscal. Y a ese respecto sostuvo que “no hay que pensarlo solo como una caja sino como un generador de equilibrios fiscales intertemporales. Así se generan las condiciones para la expansión de las bases tributarias”.
“No es un problema de ajuste fiscal sino una situación fiscal que permita la ejecución de políticas activas, de políticas keynesianas, más del lado de la demanda”, enfatizó.
Respecto del balance de divisas, Hecker estimó que Argentina va a seguir teniendo un superávit comercial cercano a los 5.000 millones de dólares, que sigue siendo un número importante, aunque menor que el que tuvimos. “Es envidiable para la mayoría de los países. No es importante sólo por el intercambio comercial, sino por el lado del mercado de cambio”.
Según indicó, y en concordancia con lo que había comentado anteriormente Ferrer, “el año pasado hubo fugas de capital en el orden de los 25.000 millones de dólares. Un conjunto de medidas que tomó el gobierno, en noviembre, que tendían a desalentar el uso de instrumentos financieros y bursátiles que permitieran fugar eludiendo las reglas, posibilitó que a partir de ese mes la fuga de capitales mermara”.
Además, propuso defender los niveles de empleo, cuestión en la que coincidieron todos los expositores. En ese sentido, pidió “políticas que alienten el sostenimiento y, en lo posible, la creación de empleo. Son importantes las políticas pro demanda, en las que el Estado tiene mucho que decir”. La otra cuestión en la que hubo acuerdo absoluto fue la de poner el acento en las políticas de financiamiento. Hecker dijo: “Ahí tenemos limitaciones por la falta de financiamiento a las empresas. El financiamiento al sector real de la economía tiene que tener un lugar central en la problemática”.
Por su parte, Ferreres consideró que en Argentina, la receta que más podría funcionar es la keynesiana, que promueve el gasto público. “Se están metiendo recursos porque tiene resultado en el corto plazo”, indicó.
Respecto del tipo de cambio, sostuvo que aunque se devalúe más al peso no se van a poder generar protecciones de los productos de China o de Brasil. “Tenemos que encontrar otras medidas de protección”, enfatizó.
También exhortó a la creación de créditos a tasa baja para las Pyme, aunque reconoció que “este objetivo es algo que siempre costó”.
Como conclusión, el economista estimó que el Gobierno está “bien orientado” pero consideró que “se necesita dar más confianza”.
ANA VAINMAN
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