LA ALEGRÍA PERONISTA

lunes, 23 de diciembre de 2013

Hernán Brienza (Tiempo Argentino) sobre el caso Milani.

Brienza (Tiempo Argentino) sobre el caso Milani: "No es fácil la cuestión: si Milani cometió o fue cómplice de un delito de lesa humanidad contradice flagrantemente los discursos sobre las políticas de Derechos Humanos del kirchnerismo. Si Milani es inocente, entonces, no hay conflicto posible. Pero ¿qué ocurriría si, por ejemplo, Milani hubiera tenido un comportamiento "acorde a las circunstancias"? ¿Cómo deberían replantearse los discursos de revisión sobre los años setenta? Y no se trata de aplicar la concepción de la Banalidad del Mal, de Hanna Arendt, que tan bien nos ayuda a comprender la mayoría de los casos, ni tampoco el de la Obediencia Debida, que tan mal explica algunas particularidades y justifica demasiado algunos atropellos. Se trata de pensar al hombre en sus circunstancias. (...) De hecho, las circunstancias, por ejemplo, también sirven para que muchos que hoy critican a Milani hayan "comprendido" la actuación de Jorge Bergoglio como provincial de los jesuitas durante la dictadura militar. Por eso produce un poco de gracia ver a los escribas de La Nación rasgarse las vestiduras por el nombramiento de Milani y emocionarse hasta las lágrimas como escribió un influyente periodista de pluma truncada el día que lo nombraron Papa a Bergoglio. El problema, entonces, no está en qué haya hecho realmente Milani o Bergolglio o tantos otros durante la dictadura militar. La cuestión se encuentra en qué tan alto se ponga el listón del juicio, la exigencia moral, sobre las acciones, las conductas, y las decisiones de quienes vivieron aquellos años. Y utilizar una vara correcta para no andar cambiándola según las conveniencias políticas" ¿Qué opinan?

Hernán Brienza

"No es fácil la cuestión: si Milani cometió o fue cómplice de un delito de lesa humanidad, contradice flagrantemente los discursos sobre las políticas de Derechos Humanos del kirchnerismo. 
Si Milani es inocente, entonces, no hay conflicto posible. 
Pero ¿qué ocurriría si, por ejemplo, Milani hubiera tenido un comportamiento "acorde a las circunstancias"? ¿Cómo deberían replantearse los discursos de revisión sobre los años setenta? 
Y no se trata de aplicar la concepción de la Banalidad del Mal, de Hanna Arendt, que tan bien nos ayuda a comprender la mayoría de los casos, ni tampoco el de la Obediencia Debida, que tan mal explica algunas particularidades y justifica demasiado algunos atropellos. 
Se trata de pensar al hombre en sus circunstancias. (...) De hecho, las circunstancias, por ejemplo, también sirven para que muchos que hoy critican a Milani hayan "comprendido" la actuación de Jorge Bergoglio como provincial de los jesuitas durante la dictadura militar. 
Por eso produce un poco de gracia ver a los escribas de La Nación rasgarse las vestiduras por el nombramiento de Milani y emocionarse hasta las lágrimas como escribió un influyente periodista de pluma truncada el día que lo nombraron Papa a Bergoglio. 
El problema, entonces, no está en qué haya hecho realmente Milani o Bergoglio o tantos otros durante la dictadura militar. La cuestión se encuentra en qué tan alto se ponga el listón del juicio, la exigencia moral, sobre las acciones, las conductas, y las decisiones de quienes vivieron aquellos años. Y utilizar una vara correcta para no andar cambiándola según las conveniencias políticas" ¿Qué opinan?










1 comentario:

  1. hmm, yo vengo de una familia que se cagó de miedo durante la dictadura y aún así la enfrentó. De más joven levantaba eso de ahorcar al último cura con las tripas del último milico, jaja. Pero, madurez mediante, esteee, qué hacemos con el ejército? Los matamos a todos? Los metemos en cana a todos? Los que no reprimieron, los que eran demasiado jóvenes... igual van a parar a la misma zona oscura donde mandamos a los más viejos? Cuándo paramos?
    Juzgar a todos los genocidas era de rigor. Lo estamos haciendo, casas más casas menos. Reconstruir los lazos entre el ejército y el pueblo... Es difícil, tan difícil como resultó meter al primer milico torturador en cana. Los bandos están (y siguen...) igual. Se opusieron con todas sus fuerzas a juzgar a los viejos, con la misma tozudez que demuestran en impedir que construyamos un ejército argentino ( en vez de la apoteosis del cipayismo que va desde Roca a Videla).

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