LA ALEGRÍA PERONISTA

viernes, 20 de julio de 2012

RÍO + 20 - DOCUMENTO FINAL Y OPINIÓN.


Antes que nada pido permiso para tomarme la libertad de expresar ciertas consideraciones y entre algunas de ellas, observo en el Documento Final de Río + 20 surge el hecho que a través de las mismas, e impúdicamente, se continuan eliminando, paulatinamente, obligaciones de diversa índole que debían cumplir los países desarrollados y que habían votado en forma negativa el Protocolo de Kyoto, que fue establecido en el año 1997 y comenzó a tener vigencia recién en 2005  El mismo estipulaba muy interesantes condiciones de cumplimiento, disminución de emisión de gases, el pago de la reconversión industrial o inducir a u desarrollo sostenible, y no sigo para no aburrir.   Argentina adquirió su capacidad de país adherente en 2001 por medio de la Ley Nº 25348.   Posteriormente y conforme las conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, en la que quien esto redacta participó, el  Estado Plurinacional de Bolivia solicitó la declaración del acceso seguro al agua potable y al saneamiento como un derecho humano a las Naciones Unidas, organismo que efectúa en los hechos y por medio de Resolución A/RES/64/292 en el año 2010.
Sólo quería hacer conocer mi opinión, gracias,

Los Estados miembro reafirman sus compromisos adquiridos con los Objetivos de 
Desarrollo del Milenio, el Plan de Implementación de Johannesburgo y el derecho humano al agua y al saneamiento, y se comprometen a la implantación progresiva de un acceso seguro y asequible al agua potable y al saneamiento básico como requisito para la erradicación de la pobreza, el empoderamiento de las mujeres y la protección de la salud de las personas.

Los países también reconocen el papel clave de los ecosistemas a la hora de mantener la cantidad y la calidad del agua y subrayan la necesidad de adoptar medidas para afrontar las inundaciones, la sequía y la escasez de agua.
En relación a los medios de implementación, los Estados reiteran su compromiso de apoyar los esfuerzos, en particular de los países en vías de desarrollo, a través de la movilización de recursos, la capacitación y la transferencia de tecnología, y destacan la necesidad de la ayuda y la cooperación internacional.
Los países también destacan la necesidad de adoptar medidas que permitan reducir la contaminación del agua y aumentar su calidad, mejorar el tratamiento de las aguas residuales y la eficiencia del agua y disminuir las pérdidas de agua de forma significativa.
Extracto del documento final:
119. Reconocemos que el agua es un elemento básico del desarrollo sostenible pues está estrechamente vinculada a diversos desafíos mundiales fundamentales. Reiteramos, por tanto, que es importante integrar los recursos hídricos en el desarrollo sostenible y subrayamos la importancia decisiva del agua y el saneamiento para las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
120. Reafirmamos los compromisos contraídos en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y en la Declaración del Milenio de reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso al agua potable y al saneamiento básico y de elaborar planes de gestión integrada y aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, asegurando el uso sostenible de esos recursos. Nos comprometemos a hacer efectivo progresivamente el acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento para todos, por ser necesario para lograr la erradicación de la pobreza y el empoderamiento de la mujer y para proteger la salud de los seres humanos y mejorar significativamente la aplicación en todos los niveles que corresponda de la ordenación integrada de los recursos hídricos. En este sentido, reiteramos nuestro compromiso de apoyar esos esfuerzos, especialmente en favor de los países en desarrollo, mediante la movilización de recursos de todas las fuentes, el fomento de la capacidad y la transferencia de tecnología.
121. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho humano al agua potable y el saneamiento, que ha de hacerse efectivo gradualmente en beneficio de nuestra población, respetando plenamente nuestra soberanía nacional. Resaltamos también nuestro compromiso con el Decenio Internacional para la Acción "El agua, fuente de vida", 2005-2015.
122. Reconocemos que los ecosistemas desempeñan una función esencial en el mantenimiento de la cantidad y la calidad del agua y apoyamos las iniciativas de protección y ordenación sostenible de esos ecosistemas emprendidas dentro de las fronteras nacionales de cada país.
123. Subrayamos la necesidad de adoptar medidas para hacer frente a las inundaciones, las sequías y la escasez de agua, tratando de mantener el equilibrio entre el suministro y la demanda de agua, inclusión hecha, cuando proceda, de los recursos hídricos no convencionales, y la necesidad de movilizar recursos financieros e inversiones en infraestructura para los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, de conformidad con las prioridades nacionales.
124. Destacamos que es necesario adoptar medidas para reducir considerablemente la contaminación de las aguas y aumentar la calidad del agua, mejorar notablemente el tratamiento de las aguas residuales y el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos y reducir las pérdidas de agua. Destacamos la necesidad de asistencia y cooperación internacionales para lograr esos propósitos.

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