LA ALEGRÍA PERONISTA

viernes, 27 de mayo de 2011

LA NUEVA TRANSVERSALIDAD.




LA NUEVA TRANSVERSALIDAD
(por Enrique Masllorens)
Hasta 2003 los jóvenes de los sectores urbanos del país repetían una dolorosa y dolida consigna: la única salida es Ezeiza. Se sentían sin futuro, sin respuestas, sin contención y estaban desencantados de la experiencia basista –solidaria pero estéril– de las jornadas asamblearias posteriores al 19 y 20 de diciembre de 2001. El ideal de “piquete y cacerola, la lucha es una sola” se desvaneció en cuanto los sectores medios atisbaron un horizonte restaurador de sus módicos privilegios y resurgió la sospecha, la estigmatización y el desprecio hacia el diferente, hacia el otro. Si algo persistía era el deseo de que “se vayan todos”. Era la propuesta que resumía en sí misma la frustración y la ausencia de herramientas de transformación creíbles.
La política y la participación comunitarias habían sido convertidas en antigüedades sin ningún uso práctico y quienes seguían militando y activando eran mirados con sorna y hasta con un dejo de conmiseración. La salida individual, la insolidaridad y la quimera del éxito económico se había instalado en el imaginario de la población, a punta de bayoneta durante la dictadura cívico militar y con el bombardeo mediático en la década de 1990 al calor de los medios masivos entregados por el menemato a sus socios y mandantes y continuada por la fallida experiencia del timorato gobierno de la Alianza.
Con la sorpresiva irrupción de la impronta militante de Néstor y Cristina que llegaron al gobierno con más proyectos que votos, se intentó ampliar la base de sustentación con la apelación a la transversalidad. Los intereses sectoriales de algunos convocados, algunas mezquindades y la falta de confianza en la posibilidad de construir un proyecto nacional y popular que se consolidara en el tiempo, hicieron debilitar la experiencia. Tal vez, el mayor error táctico fue entronizar a un personaje de la laya de Julio Cleto Cobos, aunque a priori su defección no era previsible ni imaginable.
En ese contexto y a partir de los intentos restauradores del orden conservador encabezados por las patronales agropecuarias sostenidas por el Grupo Clarín y La Nación y la movilización alrededor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, entre muchos otros hitos, se fue cimentando gradual y sostenidamente una militancia juvenil propositiva, entusiasta y desprejuiciada.
La muerte de Néstor Kirchner abroqueló aun más el sentimiento de pertenencia, de protagonismo y de compromiso colectivo. Nada puede ser más bienvenido que el cambio de actitud de los jóvenes –de cualquier ideología– que comenzaban a pensar en el país y pensarse en él, solidariamente. Se empezaba a ganar la madre de todas las batallas: la batalla cultural.
Lo intuyó Néstor cuando eligió a Juan Cabandié como testigo, símbolo y nexo entre los que fuimos jóvenes en los ’70 y la generación que inevitable y afortunadamente nos está sucediendo. Le dio a él y a muchos otros las alas y los entusiasmó con aquel “que florezcan mil flores”.
La Cámpora, la JP Descamisados, la Juventud Sindical Peronista, la del Movimiento Evita, la de Octubres, la del Peronismo 26 de Julio y otras varias recogieron el aliento y se dedicaron a multiplicar, cada una desde sus singularidades y decisiones tácticas y políticas, pero estratégicamente unidas en un objetivo común: consolidar y profundizar el modelo inclusivo, soberano y democrático.
Con Cristina cada vez más afianzada y en camino hacia un triunfo electoral arrasador, los medios hegemónicos han elegido un nuevo fantasma y mienten para infundir miedo e intentar modificar el triunfo popular. La Cámpora es ahora el enemigo preferido.
En una nota firmada por la periodista militante ultra anti kirchnerista Susana Viau, en el Clarín del domingo 22 de mayo, se despliega una batería de infundios, inexactitudes y malicia que delatan más el paso de los años y la envidia, que el odio que vuelca en su columna. Sin reparar que el artículo 14 bis de nuestra Constitución ordena que a igual trabajo, igual salario, revela los sueldos de algunos funcionarios que provienen de La Cámpora (incluso la de uno que no pertenece a esa agrupación) como si fuera una irregularidad.
Los salarios que menciona son los que corresponden a cualquier funcionario que se desempeñe en esos cargos, sean de la edad de la periodista o de la edad de esos jóvenes.
En el Poder Ejecutivo existen alrededor de 2000 cargos entre directores, directores nacionales, subsecretarios, secretarios, además de los ministros y directivos de organismos descentralizados. La Cámpora y otros colectivos de juventud aportan algo más de una treintena de cargos.
La presidenta sigue marcando el rumbo y apostando al futuro eligiendo esta nueva transversalidad de una juventud comprometida con su Patria y con el momento histórico. Y como enseñaba Perón en su Manual de Conducción Política, la cosa pública no puede estar en manos de los hombres y mujeres con cerebros marchitos y con el corazón intimidado.
Los que fuimos muy jóvenes en la década de 1970 celebramos esta nueva oportunidad de volver a sentirnos vitales, militantes de la vida y de la política, de festejar una nueva primavera desmintiendo al otoño de nuestro presente y conmovernos en la certeza de que miles y miles de nuevos compañeros y compañeras no permitirán jamás volver atrás,
Mal que les pese a quienes operan en contra del camino emprendido en 2003, también ellos serán remplazados sin haber dejado nada positivo o constructivo que los recuerde. Y seguirán siendo viejos. Porque el tiempo es inexorable como la victoria del pueblo. Nunca Menos.

Publicado en "Tiempo Argentino" - 27/05/11

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