LA ALEGRÍA PERONISTA

martes, 8 de febrero de 2011

Ética y Política.






El 18 de noviembre de 2009 el senado de la Nación sancionó una ley que elimina del código penal los delitos de calumnias e injurias, el proyecto correspondiente fue presentado por la presidenta Cristina Fernández el 12 de setiembre de 2009. Lo que motiva nuestro comentario es el hartazgo ante lo que nos parece un abuso inaceptable de esa legislación por parte de alguien que se dice dirigente de nuestro pueblo y que se cree en condiciones de presidir la Nación. La Dra. Elisa Carrió hace abuso de esa ley, maltrata, insulta, miente y ofende, no sólo al Gobierno Nacional sino a toda la ciudadanía, sobre todo a los millones que apoyamos a este gobierno.

¿Dónde están los límites que la política debe darse para asegurar el bien común?, ¿quién o quienes debemos decir hasta donde llegar? ¿hasta donde piensa llegar la Dra. Carrió con la mentira? ¿por qué recurre permanentemente a estos libretos baratos y carentes de todo sentido político? Una tiene la impresión creciente de que esta señora está cruzando la línea de la ética y la responsabilidad que requiere toda política democrática.

Debemos exigir a nuestros dirigentes una conducta que podamos comprender aunque no estemos de acuerdo, a eso le llamamos ética y responsabilidad. En estos términos, cabe la pregunta ¿es una dirigenta política la Dra. Carrió?, lamentablemente, la respuesta sólo puede ser no. Si como casi todo el país queremos hacer un cambio cultural que haga de la Argentina un país desarrollado, también las y los dirigentes políticos tienen que realizar ese cambio, deben hacerse cargo de los efectos políticos que tienen sus palabras, la ciudadanía vota a sus representantes y estos tienen que estar a la altura de sus representados.

La Dra Carrió estuvo en televisión hace unos días, en un programa de almuerzos al medio día, y ante la pregunta de su conductora “¿qué piensa sobre la cantidad de gente en el velorio y entierro de Néstor Kirchner”? respondió: “lo organizó Fuerza Bruta”. Estamos acostumbradas/os a las contestaciones vacías de la Dra, faltas de contenido y de una palabra que nos hable a todos/as, a sus predicciones eternamente desmentidas por los hechos, como una pitonisa barata y sin oficio. El problema es que este ejercicio permanente de irresponsabilidad que ella así lleva a cabo nos parece un límite.

Cuando inventa una manipulación a todas luces increíble de lo fue el funeral de Néstor Kirchner le falta el respeto no solamente a la figura del ex presidente, a la Presidenta de la Nación, sus hijos, familiares, y amigos, sino también a toda la ciudadanía que apoya este Gobierno y que se involucra con la política y apuesta también al cambio cultural y de la vida que todos los argentinos estamos llevando adelante.
El problema es la impunidad con que actúa o más bien que es una persona inimputable. Ella está haciendo abuso de una ley democrática que aquellos que ella insulta hicimos aprobar en el Congreso de la Nación. La justicia no la puede imputar ni condenar por sus palabras, pero la ciudadanía debería defenderse, salir a repudiar sus dichos, condenarlos, decirle ¡basta! Y que nos escuche.

Lo que hace Carrió no es política, no es pensar en el bien común, despierta bronca, rabia, es una provocación, no abre el debate, ni la comunicación ni el entendimiento, da vergüenza ajena. Esta señora está buscando que la voten, así cree ella se ganan los votos, ¡no! los votos en democracia se ganan convenciendo a la gente, no insultando, mintiendo, burlándose de la gente.

Néstor Kirchner y también Cristina Fernández en sus gobiernos son un ejemplo para demostrar que eso no es política, que la igualdad y la justicia social no se logran engañando, que la ciudadanía no debe aceptar cualquier cosa, que debemos tomar la palabra.
Al ver y escuchar a Carrió nos convencemos aún más que todo lo logrado por el gobierno de Néstor y Cristina, no se negocia, que no retrocederemos. Como ciudadanía estamos dispuestas/os a defender todo lo logrado, desde el gobierno y desde el pueblo.

Solo se puede ser responsable, dicen los teóricos más respetables de la política, si yo tomo a los otros como iguales, aprehendiéndolos como iguales, asumiéndose como iguales. No hay forma de hacerse responsable si no es haciéndolo públicamente, la responsabilidad como un ejercicio público significa que la igualdad debe ser visible para todos, que todos podemos ver en lo que dice y hace el dirigente que nos respeta y considera. Cuando eso no ocurre, justamente porque somos iguales asumimos nosotros la responsabilidad de hacer visible el engaño y la mentira, hagámoslo y que se escuche nuestra palabra.

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