LA ALEGRÍA PERONISTA

martes, 9 de noviembre de 2010

Presupuesto 2011, el ajuste propuesto por la oposición





Por Aníbal Fernández
09.11.2010
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Como ocurre todos los años desde 1983, esta semana el Congreso de la Nación se aboca a tratar la aprobación del presupuesto general de la administración nacional. La novedad es que este año existen además del proyecto de mayoría remitido por el ejecutivo, dos proyectos: Uno ingresado por el llamado Grupo A y otro de Proyecto Sur.


Ambas alternativas presentan planes sin prudencia fiscal, con sobreestimación de recursos, deficitarios, anticompetitivos, proendeudamiento, antiinversión, con descontrol del dólar y de ejecución centralista. Las mismas ideas presupuestarias que en el pasado resultaron en desempleo, timba financiera y destrucción del aparato productivo.

La aprobación de cualquiera de estas irresponsables iniciativas puestas a consideración por la oposición significaría un giro de 180 grados en las políticas implementadas desde el 2003, que rescataron a nuestro país de su crisis más profunda y nos permitieron sortear una crisis global sin precedentes de la mejor manera.

Como explicara el Ministro de Economóia, Amado Boudou, los proyectos presentados por el Grupo A y Proyecto Sur desestiman la inversión publica, clave para sortear la crisis global del 2009, y privilegian los gastos corrientes. Ambos proyectos eliminan la estrategia de desendeudamiento que viene llevando a cabo el gobierno, resultantes en soberanía económica, independencia de los designios del FMI y gobernabilidad política. Ambos proyectos paralizan la inversión en obra pública. Esa paralización no sólo plantea desperdiciar lo invertido hasta ahora en 7300 obras que se encuentran en ejecución en todo el país y tienen que continuar para que no se tire a la basura lo invertido. Significan además la pérdida del 25% de los puestos de trabajo formales que aporta el sector de la construcción. El 95 por ciento de las obras se ejecutan de forma descentralizada, con transferencias del gobierno nacional a jurisdicciones que licitan y supervisan esas obras. Paralizar las transferencias implica serios inconvenientes para provincias y municipios.

En definitiva, las propuestas opositoras plantean un regreso a una palabra que los argentinos ya conocemos muy bien y que en estos días azota a los países centrales europeos. Una palabra que el Grupo A y Proyecto Sur se esfuerzan por no pronunciar: AJUSTE.

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