LA ALEGRÍA PERONISTA

viernes, 30 de abril de 2010

Potpourrí


La Barbarie





Por Maria Esperanza, el 29 de Abril de 2010.

Hoy, un rejuntadito de cosas interesantes. Una picada de contenido, podríamos decir.

- El estado de Oklahoma, en EEUU, pasó una nueva ley estatal en donde hace obligatorio que todas las mujeres que eligen hacerse un aborto (que es legal en EEUU) deban hacerse una ecografía antes del procedimiento. Además, el médico debe (debe) hacer que la mujer vea la pantalla, y describirle en voz alta las imágenes que allí se ven. Además, la ley protege a los médicos de futuros juicios si ven algún defecto congénito en el feto y deciden ocultarle esa información a la mujer. Porque la teoría del consentimiento informado no se aplica, parece, a la mitad de la humanidad.

- Mientras que acá el deporte de temporada es darle a los blogs con un caño, el diario Washington Post está reclutando activamente bloggers para que publiquen contenido en su sitio. ¿El único problema? Solicitan que lo hagan gratis. Su oferta, parece, no está teniendo mucho éxito.

- ¿Se va a la goma el euro? Según Krugman, posiblemente. Hasta hace algún tiempo, Krugman pensaba que no era posible, dado los tremendos costos que tendría una transición. Ahora, parece pensar que esos costos se están pagando de cualquier manera. Krugman pone de ejemplo la salida argentina de la convertibilidad. El licenciado Baleno viene diciendo lo mismo hace meses; estar más adelante que un premio Nobel no es poca cosa.

- Finalmente, me entero que murió Carl Macek, creador de Robotech, una muy popular serie animada de ciencia ficción, de la cual yo supe ser, a los doce años, absolutamente fanática. (además de ser responsable de llevar a Estados Unidos las primeras películas de ese genio total que es Miyasaki.) Robotech fundió el dibujo y la estética animé con historias reminiscentes de la ciencia ficción clásica y, en un momento en que los dibujitos animados que llegaban a argentina no iban más allá de Tom y Jerry o, peor aún, Mazinger Z, Robotech nos dio a muchos la primera entrada al mundo de la ciencia ficción adulta. En Robotech pasaban cosas. Cosas adultas. ¡En Robotech la gente se moría! ¡El mejor guerrero centraedi era una mujer! ¡Que se casaba con un humano, tenía una hija, y seguía siendo piloto de guerra, no ama de casa! ¡Y los robots no hablaban ni sonreían! ¡Y un personaje de la tercera época era un travesti que cantaba! A los doce años, era medio vuelacabeza. Y otra cosa: en un contexto en que los dibujos para mujeres estaban reducidos a Frutillitas o Lulubel (y esto sigue siendo así: ahora que después de más de 20 años volví a ver dibujitos, cortesía de mi hijo de tres años, me sigue deprimiendo la falta de buenos dibujos de aventuras con heroínas femeninas; mientras los varones tienen una caterva de superhéroes, más cosas como Ben 10 o Bakugán, las chicas tienen que ver Barbie y el Shopping Encantado) Robotech tenía una heroína como la Comandante Lisa Heiss: segunda al mando de la fortaleza Macross. La comandante Lisa Heiss era algo serio, es lo que digo. Aunque luego nos hayamos pasado a la ciencia ficción fina, estilo Ursula K. Le Guin o Samuel Delany, siempre tendremos un lugarcito en el corazón para Robotech. Así que vaya un homenaje. Acá va uno de los mejores capítulos, donde comienza el arco del romance de Miriya, la pilota centraedi, con Max Sterling, piloto estrella humano, que culminará en Dana, su hija, protagonista de la segunda fase del programa.


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