LA ALEGRÍA PERONISTA

martes, 19 de enero de 2010

LAS INCERTIDUMBRES DE LA DESCARBONIZACIÓN


"Acuerdo será determinado por la capacidad de conciliar los intereses nacionales de las grandes potencias y emergentes 

José Eli da Veiga es Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas (FEA) y el supervisor del Instituto de Posgrado de Relaciones Internacionales (IRI), Universidad de São Paulo (USP). Artículo publicado en "Valor Económico":

Hay tres razones para no repetir el desastre en México, Copenhague. En primer lugar, pronto se dará a conocer el potencial y las limitaciones de la reforma energética que han sido aprobados por el Congreso de Estados Unidos. En segundo lugar, porque permite a Obama se comprometen a poner a Europa y Japón, con una oferta conjunta que tiene las mayores naciones emergentes para frenar el aumento de sus emisiones. Y tercero, porque en esta nueva base será más fácil de neutralizar la resistencia que probablemente aún persisten.

Sin embargo, tan bueno como podría ser el resultado de la conferencia en México, que dejará ambientalistas tanto o más de lo que estaban frustrados con Copenhague. Básicamente, porque el Convenio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kyoto no generar un sistema integral destinado a el control efectivo de los cambios causados por las emisiones de gases de efecto invernadero.

Si los acuerdos que existan, y se guíen estrictamente por las pruebas científicas proporcionadas por el panel de la ONU creada para este fin (IPCC), que también tendría que ser institucional enmarcada en su programa de medio ambiente: las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En su lugar, ya que la cuestión ha empezado a ser considerado por la comunidad internacional, el ámbito de las negociaciones fue la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y salió de la Convención en la Conferencia de Río en 1992, vinculado al calentamiento en un contexto mucho más amplio y complejo que el que comenzó a ser llamado "desarrollo sostenible".

Es decir, fuera del contexto del medio ambiente principalmente en la que se organizó la gestión internacional del problema de la capa de ozono, como el régimen establecido por la Convención de Viena y Protocolo de Montreal. Un camino que fue perversamente radicalizó cuando el Protocolo de Kyoto glorificado la dicotomía entre "desarrollados" y "en desarrollo", prefiriendo, por ejemplo, el triple enfoque del PNUD, en los países de desarrollo alto, medio y bajo.

Por lo tanto, nada podría ser más erróneo que suponer que en diciembre de 2010 podría surgir en México un documento orientado a la conciencia ambiental altruistas que surjan de las declaraciones de la evidencia científica por el IPCC. Si se aprueba, será esencialmente determinado por las posibilidades de conciliación de los intereses económicos nacionales y de las grandes potencias emergentes.

Intereses resultantes de diversas combinaciones de su futura seguridad energética y nuevas soluciones de negocios basadas en bajas emisiones de carbono. Es decir, las innovaciones destinadas a reducir las incertidumbres causadas por el uso nocivo de los combustibles fósiles y su sustitución gradual por las energías renovables.

Todo sería mucho más sencilla, así que si ya se conocían las tecnologías que podrían promover la transición hacia bajas emisiones de carbono. Pero por ahora, se trata de un túnel que todavía es bastante oscuro. Lo que parece cierto es que la energía renovable tendrá importantes reducciones de costos, pero no suficiente para que alguien sea competitiva antes de 2020. Lo que nos lleva a creer que las dos tendencias principales en la segunda década del siglo son: El Segundo Renacimiento de la energía nuclear y la CAC (siglas en Inglés para capturar y almacenar el carbono emitido en la extracción y el consumo de combustibles fósiles).

Es evidente que los gobiernos tienen cuatro buenas razones para apoyar la generación y uso de futuro más renovables: biomasa, eólica, geotérmica, marina y solar. En primer lugar de todas las pruebas que dependen de la ayuda que sea necesaria o de los mercados regulados de los permisos ( "cap-and-comercio) no las emisiones de carbono lleguen a ser suficientemente restrictiva.

El segundo es el argumento más tradicional, que afecta a todas las innovaciones que son inmaduras, pero con potencial para convertirse en competitivo con la escala. El tercero es la necesidad de diversificación de las fuentes primarias de energía por razones de seguridad. Por último, por la misma la naturaleza finita del suministro de combustibles fósiles baratos, estimada actualmente en 40 años para el petróleo, el 60 para el gas y 130 para el carbón.

El problema es que estos cuatro argumentos, no tendrá mucha fuerza en el corto plazo la próxima década. Por lo tanto, las incógnitas principales que precederá a la conferencia en México están muy vinculadas a las oportunidades de acceso en China y las innovaciones tecnológicas de la India en las áreas de la energía nuclear y la CAC, principalmente para el uso inmensas de carbón. Lo que es mucho más complicado que asegurar que los emisores de otros grandes - tales como Brasil e Indonesia - algún tipo de ayuda para reducir la deforestación y la quema de 2020.

Por más diferencias que existen entre China y la India, hay rechazo similar a soportar los altos costos de estas iniciativas. Si los países desarrollados no encontramos maneras de hacer las inversiones requeridas por estos dos gigantes nucleares y de la CAC, que tendrán sobradas razones para preferir el riesgo de conflictos causados por la proliferación probable de nuevas barreras comerciales.

¿Es posible para demostrar a la OMC que la mayoría de las reducciones de las emisiones de carbono de los países más ricos se obtuvo a través del consumo de productos importados de países en desarrollo. China es el país que ha insistido en la necesidad de un equilibrio de las emisiones incrustado en el comercio internacional el 70% de su atribuible a las exportaciones, principalmente a los EE.UU. y Japón

Frente a esas dificultades, algunos de los mejores analistas están comenzando a considerar más probable la posibilidad de que el fracaso de la Convención sobre Cambio Climático seguido por el uso unilateral de algunos esquemas. Por ejemplo, la inyección de partículas en la estratosfera (10 a 50 km de altitud) para aumentar reflectividad del planeta ( "albedo"). Pueden estar exagerando, pero la incertidumbre que participan en este tipo de amenaza puede ayudar al G-20, para finalmente asumir su papel como punto focal para la gobernanza mundial.

Fuente: Diario de la Ciencia de 19/01/2010.







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