LA ALEGRÍA PERONISTA

viernes, 11 de diciembre de 2009

TODO VA MEJOR EN COPENHAGUE...

Estudiantes argentinos participan de la cumbre mundial de cambio climático en Copenhague, a la que asisten para capacitarse en el proceso de negociaciones y redactar una declaración regional que se dará a conocer la próxima semana.






Alrededor de 30 jóvenes latinoamericanos participan de la cumbre mundial de cambio climático que tiene lugar en esta ciudad, entre ellos varios estudiantes argentinos, que asisten para capacitarse en el proceso de negociaciones y redactar una declaración regional que se dará a conocer a fines de la próxima semana.

En los pasillos y salones del Bella Center, un gigantesco edificio donde tiene lugar la cumbre climática, los jóvenes realizan diferentes actividades. Y también logran sorprender a los diplomáticos.

Por ejemplo, decenas de ellos interrumpieron el aire solemne del encuentro al entonar anteayer una versión de "Give peace a chance" ("Dale una oportunidad a la paz"). Con algunos cambios en la letra, vestidos en pijamas y sentados en el piso de uno de los salones, emularon así la protesta por la paz realizada por John Lennon y Yoko Ono hace 40 años, para reclamar que la voz de los jóvenes sea escuchada y que los gobernantes tomen medidas ambiciosas para evitar los efectos del cambio climático.

"Creemos que hay que ponerse las pilas lo antes posible para firmar un acuerdo fuerte contra el cambio climático, para así implementar medidas de mitigación y también de adaptación", dijo a LA NACION el argentino Emilio Pérez Campanelli, que participa en esta cumbre.

Campanelli, oriundo de Mayor Buratovich, en la provincia de Buenos Aires, es estudiante de la Licenciatura de Desarrollo Local y Regional en la Universidad Nacional de Villa María. Fue uno de los ganadores de las becas que la ONG 350 otorgó a seis jóvenes de América latina.

"Sabemos que estas negociaciones son procesos lentos en los que pesan los intereses de más de 190 países, pero esperamos un avance significativo", destacó.

Cada tarde, el grupo de jóvenes latinoamericanos se reúne para hacer un balance de las actividades del día. Cada uno sigue diferentes aspectos de las negociaciones que se llevan a cabo en Copenhague.

"En mi caso, estoy preocupado y sigo muy atento dos temas: el mecanismo de reducción de la deforestación, donde está en juego la protección de los bosques nativos, y también la protección de los derechos de las comunidades indígenas", dijo el peruano Juan Carlos Soriano, de 23 años, que estudia ecología humana en Estados Unidos.

Por su parte, la ecuatoriana Diana Garcés Acuña, de 25 años y estudiante de ingeniería ambiental, opinó que los países de la región "deberían unirse para tomar medidas coordinadas".

En el Bella Center también está el argentino Enrique Maurtua Konstantinidis, de 25 años. Es estudiante de Biología de la Universidad Nacional de La Plata e integrante de la Fundación Biosfera, y participó como joven observador de las cumbres de Buenos Aires y Montreal.

"Todavía no se sabe qué puede pasar. En el mundo diplomático todo se hace por un motivo y nadie muestra sus cartas hasta el final", dijo, al referirse a las perspectivas de éxito del encuentro.

Los jóvenes presentes en Copenhague, mediante la alianza de ONG juveniles en la llamada Youngos, tienen también la oportunidad de hablar durante las sesiones plenarias.

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