COMPLICES!!! Mierda!!! Carajo!!!

Tienen razón Marce, Susana, Mirta, Moria, Georgina, “facho” Castaña, Rial, y algún otro personaje televisivo que anda pidiendo represión, castigo, pena de muerte, baja en la edad de imputabilidad, paredones en las plazas, mano dura y algunas otras cosas no dichas en forma directa pero enunciadas de forma elíptica. No digo razón sobre lo que dicen. Lejos, muy lejos estoy de pensar igual que ellos por suerte. Pero si tienen razón cuando increpan anticipadamente con una preguntita: “¿Qué? ¿No tengo derecho a opinar? En eso si tienen razón. Si hay algo que tienen es derecho a opinar. Lo que no están dispuestos a soportar es que el resto, que también tiene derechos, opine de lo que ellos opinan.

Muchos otros argentinos, entre ellos yo, tenemos derecho a opinar, sobre ellos inclusive, y decir que nos parecen tilingos, poco preparados, chabacanos, ignorantes, acomodaticios, avaros, especuladores, inescrupulosos, manipuladores, revanchistas, descarados, sinvergüenzas, tramposos, acomodados, burlistas, y hasta en algunos casos delincuentes.

Mientras la dictadura asesinaba y torturaba a nuestros compañeros, la vieja de los almuerzos sentaba a su mesa a los cómplices de esos delitos de lesa humanidad, “facho” Castaña cantaba para sus fiestitas privadas y Moria o cualquier otra tanta prostituta bailaba para los genocidas.

Mientras el Menemato expulsaba hacia la miseria y la exclusión a otros miles de compañeros Susana, Tinelli, Georgina y Rial legitimaban la barbarie del neoliberalismo transmitiendo en vivo desde el lugar del mundo que se les ocurriera sus programas grasas haciéndole creer a toda una clase media desmovilizada y con ganas de ir al Caribe que ahora estábamos en el primer mundo. Se regodeaban con el presidente de la transa y contaban la guita a dos manos.

Pero hay más. Todos estos tipos viven de la idiotez, de la ignorancia y de la pobreza de una sociedad desmovilizada y paralizada durante más de 20 años. Día tras día cuentan con un rebaño dócil que escucha y ve con atención la vida efímera de alguna atorranta, la historia sensiblera de algún galancito de cuarta y la genitalidad de Nazarena Vélez o Matías Alé apoyada en la pantalla. Cacho Castaña recorre el país haciendo playback toda vez que puede y Susana Giménez saca plata con la timba de los llamaditos para luego ir a gastarla o invertirla en Miami. Eso es lo que hay. Es increíble. Pero la señora que junta las moneditas para comprar la tarjeta de veinte pesos y recargar el celular le aporta plata a esta grasada para que se la gasten en ostentosas casas y años sabáticos en Miami.

Así que yo tengo derecho a decir que todo lo que digan estos energúmenos es absolutamente interesado, mal intencionado y cobarde. Si cobarde, porque no se animan a decir lo que piensan a viva voz. Al menos, la delincuente de Cecilia Pando tiene esa característica que a todos estos tilingos les falta.

Yo no tengo la palabra inseguridad en mi diccionario personal. Hace mucho que la reemplacé por la palabra JUSTICIA. También he buscado a estos tilingos en mis palabras arte, cultura, espectáculos y no los encuentro. Allí encuentro a artistas que están muy lejos de pensar como esta calaña. ¿Quién puede imaginarse a León Gieco diciendo estas barbaridades? O Mercedes Sosa. Ahora que todos estos ignorantes se cansaron de pasar “Gracias a la Vida”. Pero también otros artistas que podrían ser denominados como “no del palo”. Que se yo… Facundo Arana, Lerner, Víctor Hugo Morales, Héctor Larrea, Soledad Pastorutti, Baglietto, Fantino, Cecilia Roht, Horacio Embón, Juan Alberto Badía, o China Zorrilla. Es imposible imaginar que esas personas abran la boca y pronuncien las bravuconadas de estos personajes.

Porque además, muchos argentinos podemos entrar en internet a la web de las Naciones Unidas, no a la del INDEC, y comprobar que lo que esta gentuza dice es mentira. Esa “inseguridad” que ellos publicitan no es tal. Los índices de seguridad en toda América ubican (cada 100.000 hab.) a Colombia con 53.3, a Brasil con 28.5, a México con 11.1, a EEUU con 5.8, a Argentina y Uruguay con 5.4, y recién detrás a Chile y Canadá con menor número.

Pero es un desgaste intentar explicar o entablar un canal de discusión con cualquiera que argumente tamañas atrocidades, puesto que en forma indirecta o no, trabajan para el poder económico que siempre esquilmó al pueblo. Así que no tiene el menor sentido discutir las propuestas o declaraciones de esta clase de caraduras. Investigar el origen de la marginalidad o la delincuencia con ellos es una pérdida de tiempo por dos razones fundamentales. La primera es que todo lo que dicen es una verdad absoluta sólo porque lo dicen ellos y ningún otro fundamento más y la segunda es que al final sus verdaderas intenciones de contreras de un proyecto nacional y popular son el motor fascista y gorila que los impulsa a defender el individualismo, la pobreza, la impunidad, la miseria y la ignorancia que los colocó y los sostiene en esos lugares de privilegio.