LA ALEGRÍA PERONISTA

domingo, 17 de mayo de 2009

“Que yo sea candidato va en contra de una supuesta pejotización”

SUR

CARLOS HELLER

“Que yo sea candidato va en contra de una supuesta pejotización”

“Los compañeros que por el medio vaso vacío articulan desde otro lado, tienen que ver lo que se juega en estas elecciones.” 
“Los compañeros que por el medio vaso vacío articulan desde otro lado, tienen que ver lo que se juega en estas elecciones.”
17-05-2009 / El primer postulante a diputado por la Capital Federal se reconoce como independiente y debate con los sectores que se fueron recientemente del kirchnerismo.
Por Agustín Alvarez Rey y Francisco Yofre
sociedad@miradasalsur.com

Laica o libre, ésa fue la discusión que alumbró a Carlos Heller como dirigente de su colegio secundario a fines del ’50. Oradores versados y debates vehementes formaron su carácter, un torbellino de andar desgarbado, hablar apasionado y rebosante cordialidad. 

Él está en campaña. Luce de buen humor y verborrágico. No le cuesta. Es el primer candidato a diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires del Frente Justicialista Para la Victoria y quiere hablar de todo. De sus proyectos, de sus rivales, del PJ de la Capital Federal, de sus ex aliados y hasta de Boca, club del que fue vicepresidente durante 10 años, y cuyos flacos resultados deportivos no mellaron en el reconocimiento a la honestidad de su gestión realizada junto a Antonio Alegre. Una afición que es pasión pero que sin embargo, su despacho del Banco Credicoop no delata, más allá de una pequeña banderita sueca con los colores xeneizes tamaño souvenir, solitaria en un rincón.

–¿La lógica de la política pública es igual a la de un club?

–Es distinta. Allí los resultados deportivos tienen un peso determinante. Es mucho más azaroso. En política se toman decisiones, se resuelve de una manera u otra y listo, es más o menos predecible. En el fútbol, si la pelota en vez de entrar, pega en el palo, chau, fuiste. Si la cosa va bien, el éxito es de los jugadores y el técnico, si va mal, la culpa es de los dirigentes. De ese esquema no zafa nadie.
El fútbol es pasión, y la pasión tiene que ver con la irracionalidad. En política las cosas son más objetivas. Estoy de acuerdo, o no lo estoy, están cruzadas por la ideología, y veo las cosas desde el lugar de donde estoy parado. Yo revalorizo las ideologías, quienes las atacan, son los defensores de la no idea y llevan todo al terreno del pragmatismo y el no pensamiento.

–¿Y cuál es la discusión ideológica del 28 de Junio?

–Claramente se disputan dos modelos o ideas de país. Hay varios temas, pero uno es central: es la primera vez que en Argentina, frente a una crisis, no se responde con ajuste. Ese es el caso del actual gobierno nacional. Nuestra historia muestra que ante una situación difícil aparecía el ministro de Economía, con una bandera atrás y anunciaba ajustes. Ahora por primera vez, nos encontramos con un proyecto que dice: caen las exportaciones por una crisis global, entonces fortalezcamos el mercado interno, protejamos la industria nacional, generemos financiamiento barato para las PyMEs, no aceptemos los planes con condicionamientos del FMI. El resto de las opciones plantea volver atrás y retroceder. Eso es lo que está en juego.

–Siendo una elección tan trascendental, ¿qué pasa si el gobierno pierde?  

–Simple, lean a Mauricio Macri. Dijo clarito: El kirchnerismo está terminado, tenemos que organizar una transición civilizada. ¿Qué quiere decir eso? Que quieren amordazar y maniatar al gobierno para que no haga más nada, mientras ellos preparan su restauración conservadora. El jefe de gobierno porteño es brutalmente sincero. ¿Qué es una transición civilizada para Macri? Un gobierno con un parlamento que no va a aprobar las leyes y que va a hacer lo que la derecha quiera. 

–Usted no es el clásico político de carrera. ¿Para qué quiere ser diputado?

–Nunca tuve un cargo público. Se trata de una experiencia inédita que me agarra ya de grande en la vida. Cuando me preguntan qué voy a buscar yo digo que nada. Yo no tengo mejor lugar que él que ya tengo. Me va bien en lo mío. Simplemente, creo que estamos en un momento muy especial de nuestro país y me parece que puedo aportar. Entonces me meto en un lío en el que sólo tengo cosas para dar cuyo único beneficio que busco es recibir la satisfacción de haber aportado.

–¿Qué proyectos va a presentar en la Cámara Baja?

–Primero y ante todo impulsaré los proyectos que vienen del Ejecutivo. Soy conciente que asumiré en el marco de un proyecto político que quiero representar. Principalmente propondré normas que apunten a la distribución de la riqueza. Y el concepto de distribución va más allá de lo monetario. Cuando uno saca leyes que mejoran la educación pública está distribuyendo, así también con la salud, el transporte o las viviendas populares. 

–¿Pero específicamente qué proyectos propondrá apenas asuma?

–Una nueva ley de entidades financieras. A la actual, Martínez de Hoz la presentó como la piedra angular de su proyecto. Con eso sólo alcanzaría para que se cambie, pero además es una norma pensada desde la libertad de mercado, desde la filosofía de que los bancos pueden hacer todo menos lo expresamente vedado. Nosotros pensamos lo contrario. Las entidades financieras son un servicio público, y tienen que estar sujetas a regulaciones en las que puedan hacer sólo aquello para lo que están autorizadas. Y desde allí, avanzar en conceptos como la universalidad y la cobertura geográfica. Hay localidades donde la gente tiene que hacer 40 kilómetros para cobrar la jubilación.  

–¿Qué le diría al votante que acuerda con el gobierno en líneas generales pero que duda, y puede optar por alguna de las escisiones recientes? 

–Esos sectores critican una supuesta pejotización. Pues bien yo soy un ejemplo contrario de ello. Soy cabeza de lista y soy independiente, eso es un dato de la realidad indiscutible, al revés de la supuesta pejotización. Creo que en la ciudad se está produciendo un hecho muy curioso, y es que se pueda conformar una fuerza política plural que contiene al justicialismo, a las distintas expresiones del kirchnerismo y que lleva a la cabeza un independiente.  

–¿Qué evaluación hace de esos sectores que compartieron buena parte de la política del gobierno hasta hace poco y ahora van en listas separadas?

–La verdad, creo que hay un vaso medio lleno y un vaso medio vacío, como siempre. Les pediría que reflexionen, que vean que el medio vaso lleno es más que el medio vaso vacío,  y que para avanzar en el llenado del vaso, hay que sostener el que está medio lleno. Porque sino, se pone en riesgo el vaso que sostiene todo. Por eso, a todos esos compañeros, que por el medio vaso vacío articulan desde otro lado, hay que decirles que lean a Macri y que vean lo que está en juego. 
Hoy debilitar la posibilidad de que este gobierno cuente con capacidad propia para llevar adelante y profundizar los cambios que todos anhelamos, aun sin quererlo, puede terminar haciéndole el juego a los que quieren volver para atrás.El mío no es un lugar cómodo, yo asumo para dar una pelea en un distrito difícil, muy complejo, yo tengo el mayor optimismo porque creo que la gente tiene memoria, y que puede tener críticas diversas pero que no quiere un cambio de rumbo. 

–¿Cuánto incide la salida de Bonasso y de Ibarra en relación a 2007 en la conformación de un espacio progresista que dispute con PRO? 

–Yo no hubiera tenido ningún problema en integrar un frente con alguno de ellos si nos hubiésemos puesto de acuerdo en política. Ellos tienen una visión diferente acerca del gobierno, y a mi juicio, esa postura tiene un sesgo de cálculo de oportunidad. Es decir, parece que en la ciudad se puede crecer electoralmente si se toma distancia del gobierno. Para mí no se hace política así. No se trata de decir lo que la gente quiere escuchar, sino convencer de lo que uno cree que hay que hacer. Son dos maneras de hacer política. Una es: hago la encuesta y veo qué le preocupa a la gente, qué es lo que quiere escuchar…y entonces digo lo que la encuesta me indica lo que tengo que decir... para nosotros es distinto. La mayoría de las diferencias pasan por ahí. 

–Sí, pero hasta hace dos años estaban juntos. ¿Por qué ahora se distancian?

–Yo no quiero hablar de oportunismo porque suena demasiado duro. Sí creo que hay un cálculo político, en el que se privilegia la expectativa de ganar votos yendo en la dirección de lo que la gente quiere escuchar y no asumiendo el costo que tiene defender las posiciones sobre las que uno tiene convicciones. Yo a Bonasso e Ibarra les dije en alguna conversación que yo estaba en el mismo lugar que en 2007, al que llegue por invitación de ellos, y en todo caso si hoy no estábamos juntos no era porque yo había cambiado de posición, sino ellos.

–¿Cuál es la responsabilidad de estos sectores en la división del electorado que potencialmente podría acompañar el modelo del gobierno en Provincia y Capital Federal?

–Hay que ver cada uno de los distritos. En provincia, me hubiera gustado que con Sabatella pudiéramos tener un espacio común. Sus posiciones son muy parecidas a la que yo he esbozado. Él habla de un piso con el que está de acuerdo pero supone que el PJ es un limitante para seguir por más. En la Ciudad se ha dado la posibilidad de una construcción plural. Cuando charlo con Sabbatella, no me sucede lo mismo que en los otros casos que yo he dicho. No encuentro diferencias en el debate de ideas y política. En la ciudad es distinto, es otro escenario y otro votante.

–¿Y con Pino Solanas? Porque usted compartió varias actividades con él a pesar de que tiene una postura muy crítica en política minera...

–Simple, no estamos de acuerdo en las definiciones políticas. Porque cuando hablamos del Gobierno nacional escucho cosas como “Este es un gobierno de centro derecha con algunos toques progresistas” o “no nos corran con el riesgo de la derecha, porque la derecha es la que gobierna”. Entonces tenemos diferencias políticas, no son problemas de nombres, ni personas, ni personalismo. 

–Ibarra dijo: “Heller para todo lo que haga, le va a pedir permiso en la Casa Rosada”...

–Ibarra tiene tantos problemas que para qué le voy a agregar más. Primero, tiene que tratar de recuperar la credibilidad ante la opinión pública antes de ocuparse de lo que pueda hacer yo.
La verborragia inicial deja paso a un Heller más reflexivo. Elige las palabras, se toma tiempos y hace equilibrio. Una secretaria entra a su despacho y le trae un teléfono de línea. Heller atiende: “bueno, pero decile que cortito, porque tengo que salir para la charla”.  

–Según algunos medios, en el camino para que usted sea candidato, quedaron varios heridos. ¿Se siente apoyado por el conjunto del Frente para la Victoria y el Partido Justicialista de Capital Federal?

–A ver, la idea de conformar este espacio nace de Daniel Filmus y de mí, es la continuidad de la fórmula Filmus-Heller de 2007. Cuando hablamos con Néstor Kirchner, la primera vez, le dijimos que creíamos que en la Ciudad, se tenía que hacer algo amplio y plural. La respuesta fue: “Me parece bien, métanle”.  Después hubo una conversación:
"–¿Daniel, encabezás vos? 
–No, yo no puedo, tengo un tema ético. 
–Bueno, entonces Carlos".  
Pero nadie apretó a nadie. Nadie dijo si vos no vas en la lista, bancáte las consecuencias. Kirchner dijo, si no sos vos (por Daniel), entonces Carlos, y listo. Los medios lo reflejan de manera más artificial, y tiene que ver con quién opera cada noticia. Hubo un acuerdo político tomado en el momento de la construcción de este espacio, en el que se decidió que yo fuera la cabeza porque representaba mejor el proyecto que queríamos llevar adelante. En el medio hubo algunos sectores, es verdad, que si bien estaban de acuerdo con la pluralidad, pretendían que la cabeza de la lista fuera alguien del palo. Eso generó debate hasta que se fue ordenando. La supuesta ruptura nunca existió. De hecho Kirchner me llamó a las 8 de la mañana asombrado de lo que había leído en los diarios. 

–¿Pero se siente apoyado por el Partido Justicialista de la Ciudad o no?

–Yo me siento respaldado por el acuerdo político, por el conjunto de fuerzas que lo integra y dentro del cual está el justicialismo, más allá de opiniones individuales. 


Suena el teléfono, pide permiso, se excusa. Del otro lado de la línea Marcelo Zlotowiazgda para Radio Mitre le pregunta acerca de los primeros proyectos que presentará como diputado, de la frase de Macri acerca de la transición hacia 2011 y si se presentaría a un debate televisivo. Contesta que sí.

–En la lista que usted encabeza, hay varios referentes del sindicalismo. No es habitual que figuras de extracción gremial compartan una lista con candidatos vinculados al arco progresista. ¿Qué análisis hace de ello?

–Es una muestra de madurez muy grande. Se trata de construir una identidad común sin pedirle a nadie que renuncie a la propia, sobre un acuerdo programático. Individualmente cada uno de nosotros puede tener otras visiones, pero todos debemos respetar este acuerdo programático. Nosotros hicimos un acto un día en el que estaba Moyano y muchos dirigentes de la CGT y al otro día estuvimos con los principales dirigentes de la CTA y todos nos mostraron su apoyo. 

–Sumar sindicalistas a la lista, ¿no es negativo para buscar el voto de la clase media porteña?

–También está María José Lubertino y Lía Mendez. Por eso digo que la pluralidad no se puede ver extrapolando a alguno en particular. Cuando se unen fuerzas iguales no es una coalición es una reunificación, es lo que está haciendo la Coalición Cívica con la UCR, grupos que se separaron y vuelven a unirse. Una verdadera coalición es la unión de fuerzas que vienen de distinto lugar y confluyen. Nadie dice que sea sencillo o esté exento de complejidades. Yo soy una persona que representa el perfil y los intereses de los sectores medios de Buenos Aires. Soy el que encabeza la lista, no soy un candidato complementario. Soy un hombre de perfil independiente, un cooperativista, toda mi vida he trabajado en esta entidad vinculada a las pequeñas y medianas empresas. Yo soy un reflejo y un emergente de los sectores medios porteños.

–Todos hablan de un claro triunfo de PRO en la Ciudad, ¿Cuáles son sus expectativas, teniendo en cuenta el 24 por ciento que obtuvo en 2007?  

–Según estudios cualitativos y cuantitativos, 1 de cada 4 porteños está a favor de este modelo. En 2007, en la segunda vuelta tuvimos el 40%. Uno puede decir que ese 40% nos eligió contra el macrismo. Nosotros tenemos una expectativa de un 24% al que podemos interpelar para que siga acompañando esta idea de mejorar el modelo y otro porcentaje que va desde ahí hasta al 40% que tenemos expectativa de que nos preste atención. El resto, si bien no vamos a dejar de hablarle, sabemos que es más complicado que nos escuche.  Y si es de hablar no hay dudas que lo hará, porque él dialoga acerca de todo, apasionado y temperamental, como en aquellos días de Laica o Libre.

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