LA ALEGRÍA PERONISTA

miércoles, 8 de abril de 2009

“La crisis borró las fronteras entre el centro y la periferia”





HÉLÈNE BOUNEAUD

Hélène Bouneaud durante su paso por la sede de la CTA en Buenos Aires.

08-04-2009

Habla la secretaria de Relaciones Internacionales de la CGT, la mayor central sindical francesa.

Por Emiliano Guido
eguido@miradasalsur.com

Acaba de encabezar un paro general y una movilización de tres millones de personas que paralizó toda Francia. Con ese ímpetu a cuestas, Hélène Bouneaud –secretaria de Relaciones Internacionales de la mayor central sindical en su país: la C.G.T.– llegó al país para participar del IX Congreso Ordinario de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

De la múltiple delegación internacional que llegó al teatro Margarita Xirgu del barrio de San Telmo brilló con luz propia el acento francés de Hélène: su estética europea –anteojos con marco de carey, pelo rebajado, chaqueta de jean–, el tono entreverado de sus palabras, su testimonio sobre la pulseada contra el “gobierno conservador de Nicolás Sarkozy”. “La Unión Europea sólo se plantea rescatar a los bancos y a los grandes empresarios”, advirtió, luego, Hélène a Miradas al Sur para puntualizar su mirada doméstica de la crisis internacional.

–¿Cómo toman la actitud de sus colegas británicos que exigen la expulsión de la mano de obra extranjera?

–Significa que la crisis, aparte de oportunidades, abre muchos riesgos. Y uno de los mayores peligros es que la deslocalización que efectúan las transnacionales genere antagonismos entre trabajadores legales e indocumentados. Si los sindicatos no peleamos para generar mayor concientización, nos vamos a topar con un avance del sentimiento fascista. Y la vuelta de una economía chauvinista es un hecho ilógico porque los mercados ya están sumamente entrelazados. Pero la Unión Europea: nada, sólo plante rescate de los bancos y de los grandes empresarios.

–¿No vuelcan expectativas en las cumbres internacionales como la del G-20?

–Nosotros creemos que la salida a la crisis es apostar por un desarrollo sustentable, porque la crisis climática y ambiental es muy seria. Con otro tipo de economía y productividad podríamos cuidar el medio ambiente y generar muchos empleos. Eso, a su vez, nos ayudaría a luchar contra la xenofobia y el repliegue en nuestros paisitos.

–¿Las transnacionales desean ahora asentarse más en la periferia que en los países centrales?

Hoy el concepto de países centrales y periféricos no tiene sentido. Porque países de la periferia tipo India: donde la calidad del personal calificado y de su investigación para el desarrollo es tal, que las transnacionales deslocalizan parte de su producción hacia ahí, donde se está asentando el casco duro del capital financiero. Por lo tanto, la periferia ya no tiene un sitio a priori porque hay una permeación total de las fronteras clásicas de la división internacional del trabajo.

–¿Qué particularidades presente el movimiento obrero europeo en la actual crisis?

Francia, por ejemplo, presenta ventajas comparativas con otros vecinos en su nivel de protección social, y eso a las empresas con visión de mediano plazo les conviene porque les garantiza estabilidad en la mano de obra.

–¿Qué motivó, entonces, la última gran movilización francesa que encabezó la CGT?

–Las empresas se están aprovechando de la ayuda financiera del Estado para realizar despidos preventivos por una hipotética futura crisis de productividad. Para dar una idea: en septiembre y octubre del año pasado superamos los 400 mil despidos; la última estadística señala que en este año se están consumando tres mil despidos diarios.

–¿Cómo caracterizan al gobierno de Sarkozy: neodegaullista, pronorteamericano?

–El gobierno de Sarkozy defiende una política neoliberal estricta en un momento que el resto del mundo aplica medidas reguladoras de la economía. Su política es el todo mercado: privatización de todo lo que pueda y, fundamentalmente, es el programa de la asociación patronal.

–¿Es optimista que esta crisis puede abrir una salida a la clase obrera?

–Depende de su capacidad de movilizar pero, además de resistir, generar la capacidad de generar propuestas. Y para eso necesitamos unirnos...

–¿Y ser gobierno?

–Eso es complicado en Europa donde los partidos de izquierda están muy divididos. Además, en los últimos años, muchos de ellos abogaron por salidas social-liberales, o hay otros que se definen muy radicales pero sin capacidad de establecer alianzas para llegar al poder.

–¿Con qué expectativa observan el boom latinoamericano de gobiernos progresistas?

–Pensamos que fueron los primeros en tomar medidas concretas contra el neoliberalismo. Y, además, significan una esperanza porque demostraron ponerse de pie después de veinte años de políticas de derecha.

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